El Auditorio Mar de Vigo acogió la segunda parada de la gira Amigos de guardia con la que Mikel Erentxun está recorriendo España este año.
Mikel Erentxun celebra sus 37 años en la música sobre los escenarios y ha vuelto a Vigo. En esta gira el donostiarra presenta Amigos de guardia (2021), álbum en el que repasa su trayectoria musical desde sus inicios como miembro de Duncan Dhu acompañado por artistas como Amaia, Zahara, Xoel López e Iván Ferreiro.
La gira paró ayer en el Auditorio Mar de Vigo y disfrutaron del espectáculo asistentes de todas las edades. El concierto comenzó con un ligero retraso de 15 minutos y cierto caos con los espectadores que llegaron tarde y no encontraban su sitio. Mikel Erentxun y su banda aparecieron en el escenario en medio de una nube de humo y entre aplausos. Cicatrices abrió la cita y el público se mostró muy participativo desde el primer momento, acompañando con palmas sin que el artista tuviera que pedirlo.
Amigos de guardia y los clásicos que no podían faltar
Las canciones que se incluyen en el disco Amigos de guardia iban sonando una detrás de otra: Con el tiempo a favor, Llamas de hielo, Rozando la eternidad... No faltó ninguna, pero añadió al repertorio El hombre que hay en mí, Cartas de amor y dos clásicos de Duncan Dhu: Una calle de París y Cien gaviotas.
En la primera parte del concierto predominaron los temas de Erentxun, dando paso a las canciones más populares de Duncan Dhu reservadas para el final. A pesar de que ninguno de los artistas que participaron en el álbum se subió a cantar con Mikel Erentxun, el donostiarra estuvo muy bien acompañado en el escenario por su banda, a la que fue presentando y concediéndole momentos de protagonismo: Karlos Arancegui a la batería, Marina Iñiesta con las guitarras y de vocalista, Fernando Neira en el bajo, Mikel Azpiroz en el hammond y Rubén Caballero con las guitarras.
La voz de Marina Iñiesta destacó en Esos ojos negros, El mejor de mis días y Sé libre, sé mía. Así, pasó de los coros a interpretar los temas a dúo con Erentxun. También los asistentes se animaron a cantar sus canciones favoritas.
Luces y sombras
La iluminación destacó en el espectáculo, con juegos de colores y contrastes lumínicos aderezados con el humo, que en ocasiones se volvía denso y dificultaba la visión. Aún así, la figura de Erentxun se distinguía a la perfección por su característico gorro y la guitarra en mano.
Entre canción y canción se producía una breve pausa marcada por una tenue luz que permitía ver cómo cambiaban de instrumentos. Algunos asistentes aprovecharon esos momentos para gritarle al artista «guapo» y «zorionak» (el donostiarra cumplió 57 años hace tres días), buscando algún tipo de interacción que tardó en llegar. Erentxun parecía ajeno al público, centrado únicamente en interpretar los temas siguiendo el orden establecido.
Al acabar Veneno, tema que interpretó solo a guitarra y armónica, Erentxun se pronunció para dar las gracias a los asistentes por acudir al concierto «en una situación tan difícil y por apostar por la cultura segura». Además, dedicó al público A tientas.
Euforia para despedir el concierto
El final estaba cada vez más cerca y con ello el turno de las canciones más esperadas. Así, al escuchar los primeros acordes de Cien gaviotas el público enloqueció y no dudó en acompañar a la banda con palmas y cantando. La siguiente en sonar fue Cartas de amor, en la que Erentxun cantó un trozo a capela y con la que abandonó el escenario. Las luces del escenario no se apagaron y el público clamaba el regreso del artista, que no tardó en aparecer junto a la banda.
«Estamos presentando un disco que se llama Amigos de guardia. Llega casi con un año y medio de retraso, pero por fin podemos tocar en escenarios como este. Gracias, Vigo«, explicaba Erentxun antes de tocar Intacto. Volvieron a salir del escenario, pero la cita todavía no había finalizado. Entre aplausos reaparecieron para cerrar el concierto por todo lo alto.
En algún lugar consiguió poner en pie a los asistentes, que hicieron vibrar el Auditorio Mar de Vigo con sus saltos. Además, cantaron desde el primer momento e incluso Erentxun les dio protagonismo a sus voces, acercándose a los asistentes para acompañarlos con la guitarra. Aún así, el concierto acabó con Si te vas y el público sumido en la euforia.
