Amaral actuó al lado de la playa de Samil, ofreciendo un concierto en el que las canciones dedicadas al mar cobraron un sentido especial.
Amaral volvió a Vigo, firmando el concierto más multitudinario en la ciudad desde que empezó la pandemia con 2.300 asistentes, aunque se congregaron más personas en el entorno. El dúo zaragozano formado por Eva Amaral y Juan Aguirre llevó su espectáculo, que duró dos horas y media, hasta el aparcamiento de Samil, un emplazamiento poco usual en el que las olas del mar acompañaron a los músicos.
La pandemia impidió celebrar el evento en el Auditorio de Castrelos, pero tras una cancelación derivada de la situación epidemiológica, el pasado sábado 25 de septiembre Amaral pudo reencontrarse, por fin, con Vigo.
Susto antes del comienzo del concierto
Pocos minutos antes del inicio del recital la lluvia amenazaba, un temor que se prolongó durante toda la semana y llenó de incertidumbre la cita. La tregua llegó con el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que presentó el concierto mostrando su apoyo a la cultura. «Todavía no podemos usar Castrelos y todavía tenemos un aforo limitado. Yo no comparto el criterio de la Xunta. Hoy aquí tendríamos que poder tener más gente. Desde aquí quiero decirle que sí a la música, que sí a la cultura, que sí a este concierto y que sí a nuestras movilizaciones por la música«, exponía. Además, alabó al dúo y se despidió del público destacando que «Amaral son los mejores del mundo porque actúan en la mejor ciudad del mundo«.
El pop y rock de Amaral aterriza en Samil
Puntuales, a las 22:00 horas, salieron al escenario con ganas de sorprender y hacer disfrutar al público con un espectáculo pop-rock y una puesta en escena cuidada, brillante y vibrante. Los primeros en salir al ritmo de All Tomorrow’s Parties de The Velvet Underground fueron Juan Aguirre con su guitarra y la banda que acompañó a Amaral, con Ricardo Esteban en el bajo, Álex Moreno en la batería, Tomás Virgós en los teclados y Laura Rubio en los coros.
Con una bola de discoteca en la cabeza cubriendo su rostro, Eva Amaral pisó el escenario con toda la atención sobre ella. Poderosa, con todas las luces convergiendo en ella, mantuvo su identidad escondida durante unos minutos hasta que levantó el casco como si se tratara de una astronauta que acaba de pisar la Luna.
Tras el momento de sorpresa y emoción, el concierto comenzó con Señales. Los temas más populares de Amaral no tardaron en sonar para delicia de los asistentes que abarrotaron el aparcamiento 4 de Samil. Así, ejercieron de coristas en El universo sobre mí y Marta, Sebas, Guille y los demás.
Reencuentro de Amaral con Vigo
El concierto de Amaral en Castrelos no pudo ser el año pasado ni este, pero no han dejado de pisar la ciudad para ofrecer veladas cada vez más especiales. Así, confesaron que Vigo es un lugar muy importante para ellos.
«Estamos muy emocionados, es una noche especial. Habéis pasado a formar parte del ranking de ciudades en las que nos ponemos un poco más nerviosos de lo normal junto con Zaragoza y Madrid. Para nosotros es increíble poder estar haciendo música encima de un escenario después de este último año tan duro que hemos vivido todos y me alegro de que podáis estar ahí disfrutando de la música en directo«, explicaba Eva Amaral visiblemente emocionada mientras presentaba Cómo hablar, tema que dedicó al público porque «es como una especie de banda sonora perfecta para una noche de reencuentros«.
A pesar de las limitaciones derivadas de las medidas de seguridad sanitaria, los asistentes se mostraron participativos. Disfrutaron del concierto dando palmas, cantando y bailando desde sus asientos temas como Moriría por vos y Revolución.
«Esto de ver conciertos sentados también tiene sus ventajas: no vais a tener delante a alguien más alto que vosotros, no os van a tirar cerveza por encima…«, señalaba Eva Amaral, que durante un momento de la noche se sentó en el borde del escenario para demostrar «que bailar sentados también es bailar«.
Magia inolvidable a la orilla del mar
El momento más emotivo e íntimo del concierto se vivió con la interpretación de Ondas do Mar de Vigo con el acompañamiento de las olas de la playa de Samil, creando un momento mágico y único en el que cobraron protagonismo el mar y la voz de Eva. A la artista le costó presentar la canción por lo especial que es.
«Tengo que explicar esto y la verdad es que estoy tan emocionada que no sé por dónde empezar«, confesaba Eva con la voz entrecortada. Embargada por la emoción consiguió explicar y transmitir el cariño que guardan a la popular cantiga de Martín Códax. «En este último disco decidimos hacer un homenaje al mar y decidimos hacer un humilde homenaje a la canción suprema sobre el mar, la cantiga de Martín Códax Ondas do Mar de Vigo«, señalaba.
También explicó que fue su marido el que les descubrió la cantiga y se deshizo en elogios hacia el vigués Carlos Núñez. «Nos empujó a hacer la versión y nos dio el coraje suficiente. Además, vino al estudio y grabó unas flautas maravillosas que solo él es capaz de hacer con esa magia que desprende todo lo que toca«, destacaba antes de que se hiciera el silencio y surgiera la magia. Mares igual que tú fue la canción con la que enlazaron la cantiga y llegó la primera despedida.
Amaral apuntaba que Entre la multitud era el último tema, pero el público sabía que como mínimo saldrían una vez más. «No os puedo engañar, ¿verdad? Vamos a hacer que nos despedimos y ya luego vamos viendo«, confesaba Eva.
Como era previsible aparecieron en el escenario a los pocos minutos y volvieron a sorprender con su entrada. Al puro estilo de Mask Singer salieron todos con una máscara, diferente a la que se había puesto Eva al inicio de la cita, pero del mismo estilo.
El concierto siguió con Kamikaze, Tambores de la rebelión, Hacia lo salvaje y Halconera. Abandonaron de nuevo el escenario y aunque parecía que el recital había acabado todavía faltaba la última parte del concierto.
Tramo final de la cita
Ante los gritos de los asistentes pidiendo una canción más, Juan Aguirre salió al escenario y se dirigió por primera vez al público, abriendo la tercera y última parte del recital. «Hemos venido muchísimas veces a la ciudad y yo creo que es uno de los conciertos más increíbles. Es una pasada tocar mirando a la derecha el mar«, confesaba.
Además, el tiempo acompañó aunque la lluvia amenazó hasta el último momento, pero las restricciones de aforo impidieron a todos los vigueses disfrutar del recital. «Ya puedo decir que la lluvia nos ha respetado. Ojalá que la próxima vez que toquemos en Vigo pueda entrar todo el mundo a vernos«, señalaba Eva. También era el momento de agradecer a todos los que hicieron posible que se celebrara el evento. Para no olvidarse de nadie Eva leyó una lista con los nombres de todos los miembros de su equipo entre los aplausos de los asistentes.
En el repertorio no faltó Sin ti no soy nada, tema que quisieron dedicar al público. «Esta canción para nosotros este año ha cobrado un nuevo significado, ha caído en un nuevo contexto. Nos hemos sentido tan solitos y con tantas ganas de hacer música, y en los primeros meses sin poder hacerla, echándoos tanto de menos, que hemos llegado a la conclusión de que sin vosotros no somos nada«, reconocía Eva.
Fin de un concierto para el recuerdo
Tras Salir corriendo llegaba el momento de la despedida definitiva. «No creo que olvidemos esta noche nunca. Ha sido maravilloso y muy especial«, aseguraba Eva.
Cerraron la cita con Peces de colores, una canción que nació de una historia que Eva compartió con los asistentes. «Está inspirada en la lucha de Gabriel, un chico trans de Calatayud. La lucha de Gabriel, cuando todavía era menor de edad, era cambiar su nombre en el DNI. Una jueza le denegó este derecho y él peleó hasta conseguirlo. El apoyo de su madre nos inspiró para construir esta canción. Va para él y para todas las personas que son libres y quieren sentirse libres», explicaba.
El concierto concluyó con los miembros del equipo de Amaral -presentes en la sombra durante el recital- sobre al escenario y con todo el público en pie aplaudiendo, deseando que el dúo regrese pronto a Vigo.
