Parte del equipo de la película realizó un coloquio con los espectadores tras la proyección.
Los directores Jon Garaño, José Mari Goenaga y Aitor Arregui, los actores Belén Cuesta y Vicente Vergara y uno de los productores, Xabier Berzosa, presentaron ayer La Trinchera Infinita en La Academia. Recién llegada del Festival de San Sebastián, la cinta se alzó con la Concha de Plata al mejor director y el Premio del Jurado al mejor guión en Zinemaldia 2019. En cines se estrenará el 31 de octubre.
Protagonizada por Belén Cuesta (como Rosa) y Antonio de la Torre (como Higinio), la película cuenta la historia de un matrimonio que comienza cuando estalla la Guerra Civil. La vida de él pasa a estar seriamente amenazada. Por ello, se ve obligado a esconderse en un agujero cavado en su propia casa. El miedo a las posibles represalias y a perder a su mujer harán de ese encierro una pesadilla de más de 30 años.
Dirigida a tres manos
El guion lleva al firma de Luiso Bermejo y José Mari Goenaga. Este último la ha dirigido junto a Jon Garaño y Aitor Arregui, que en 2017 también trabajaron en la alabada Handía. Para Goenaga era fundamental mostrar el encierro desde el punto de vista del propio protagonista y diferenciarla de otras historia contadas sobre los «topos» de la Guerra Civil. «Cómo el miedo nos puede condicionar en diversos aspectos de la vida fue lo que me atrajo de esta historia» explica el guionista y director. Aunque esté basada en hechos reales todos los personajes son ficticios.
En cuanto al reparto de tareas entre los tres directores, Garaño confiesa que, aunque puede resultar complicado, «la base está en que nos conocemos muchísimo y no tenemos miedo a decirnos la verdad, no tenemos filtros ni para recibir ni para dar». Aunque también asegura que en el 90% de las cosas suelen estar de acuerdo a la hora de tomar decisiones.
El rodaje
La película fue rodada en dos partes. Comenzaron en primavera y, tras un parón de 5 semanas, retomaron en verano. Esto fue fundamental para que Antonio de la Torre pudiese engordar los 12 kilos que exigía el guion. Aunque en total fueron 15. «El parón coincidió con el mundial, así que os podéis imaginar cómo se puso las botas Antonio», se burla el equipo. Un intenso rodaje en el que los 3 directores no coincidieron en el set, según explicó Garaño. Sí en las fases de montaje.
El lenguaje y el acento es uno de los aspectos más trabajados de la producción. Arregui cuenta que al tratarse de tres vascos que iban a contar una historia de un pueblo del interior de Andalucía existía mucho respeto. «Como en nuestras otras películas, le hemos dado mucha importancia al habla. Se trataba de ser realista e intentar que a la audiencia que escuche a los personajes se le haga real y verosímil«, afirma.
El equipo charla con los espectadores. / Fuente: TimeJust
Un gran papel de Belén Cuesta
La actriz ha asegurado que para ella fue muy positivo poder tener tiempo para preparar el personaje. Leyó y se documentó sobre un tema que desconocía a pesar de haber nacido en Málaga. «He leído libros con testimonios reales de los topos, pero también de sus mujeres. Gente guerrera y verdaderas heroínas que no dejan de ser nuestras abuelas y bisabuelas«.
Tanto ella como Vicente Vergara y Antonio de la Torre se prepararon también recogiendo testimonios y adoptando vocabularios de familiares y personas cercanas. «Me traje parte de mi pueblo al rodaje. Yo he conocido a gente en cuya familia existía un topo», cuenta Vergara.
El equipo ha remarcado también que la idea era «hacer algo cíclico. Que el propio título no solo hiciera alusión al encierro del protagonista sino a que en ocasiones los conflictos no acaban sino que debemos aprender a vivir con ellos». Y es que La Trinchera Infinita demuestra, entre otros aspectos, que hay pasajes de nuestro pasado que siguen anclados en nuestro presente. Sin duda una película necesaria para conocer parte de la historia de España.
