
Los «desajustes» en materia de accesibilidad de la nueva Plaza de España, cuyas obras finalizarán en febrero, serán solucionados después de Reyes, según la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero. Ha matizado, además, que se decidió «abrir», que no inaugurar, la Plaza de España, al 95% de ejecución de obras. En este sentido, ha expuesto que se trata de una «puesta en servicio» que permite la ley en obras de remodelación en suelo urbano consolidado. Es decir, en cualquier remodelación de una calle o espacio «se va abriendo a medida que se va terminando una parte». Un ejemplo de ello es Madrid Río.
Problemática.
Tras su reapertura, el pasado 22 de noviembre, la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (FAMMA Cocemfe Madrid) hablaba de «deplorables» criterios de accesibilidad que discriminan a personas con discapacidad. José Luis Nieto, de Más Madrid, ha lamentado que la nueva Plaza de España «dificulta la movilidad de personas con algún tipo de discapacidad». Además, ha criticado que «el movimiento podotáctil, cuando se desplazan por espacios abiertos, conducen directamente a alcorques con árboles». Misma línea ha seguido el concejal de Vox, Pedro Fernández, quien ha puesto el foco en las dos zonas de juegos, «donde hay un espacio de grava, y personas en silla de ruedas no pueden acceder».
El último concejal en intervenir ha sido Pedro Barrero, del Grupo Municipal Socialista, quien le ha espetado a García Romero que «se le debería caer la cara de vergüenza», y ha remachado que «cuando las cosas se hacen mal, resulta muy caro». «El colectivo de la discapacidad se siente engañado. Basta con dar un paseo por la plaza para comprobarlo; hay barreras arquitectónicas, y hay zonas peligrosas. Desde un carril sin separación con la acera, barcos sin apoyo, desniveles peligrosos y otra discriminación para personas con discapacidad. Les pedimos que no dejen pasar ni un día más», ha lanzado.