Con motivo del ciclo de conciertos Inverfest, hemos tenido, un año más el privilegio de vibrar con una de las voces más sensibles del folk internacional.
Un sábado de frío en Madrid, volvemos al teatro, esta vez, para disfrutar de una de las voces que ha tenido el privilegio de haber sido nominadas al Grammy. Sharon Corr, arranca una carrera en solitario, consiguiendo compatibilizar su nueva gira con su función de vocalista en el archiconocido grupo folk-rock The Corrs. El tercero de sus destinos, España.
La antesala promete, un River en la voz aguda de Joni Mitchell perfila lo que parece va a ser, una noche llena de folk, cuerdas de violín y acordes indoeuropeos.
En el escenario nos encontramos con un destacable conjunto de instrumentos que no hace más que demostrar la versatilidad de una de las voces más destacadas del norte de Europa.
Corr, violinista, compositora y cantante nacida en un rincón de condado de Leicester. Este huracán musical no necesita presentación.
La conocimos junto con sus hermanos entre cervezas en The Corr y ahora consolidamos nuestra admiración de la que se ha convertido en un referente en el mundo folk.
Amante confesa de la cultura española (y de los españoles) pasa por nuestro país para dar un concierto íntimo en el veterano teatro Infanta Isabel.
Un año más, el Festival Inverfest supera variantes Covid, confinamientos y tests de antígenos para regalarnos cultura, emoción y mucha música.
Una banda con energía magnética da entrada a Corr que, agarrada a su violín, entona las primeras notas de una noche que se promete inolvidable.
Fool and the scorpion introduce su nuevo disco, motivo por el cual, nos visita, una vez más entre bufandas y mascarillas. Su entonación y potencia vocal no deja de sorprendernos y, al final de la segunda canción ya consigue poner a todo el público en pie.
Tras una explosión inicial, regresa la calma. Fade into red y algunos solos de una guitarra eléctrica con matices de balada rock reducen la presión en el teatro Infanta Isabel. Tal y como anuncia una tímida Corr hablando en un perfecto español: “La única cosa que quiero es que estéis aquí con nosotros, en armonía”
Ambiente esotérico, Sharon tiene un misticismo que solo se entiende cuando la escuchas entonar a ritmo de su frenético violín mientras mira hacia el público con una mirada de añoranza.
Su ternura impregna la sala, mientras nos canta un Catch me when i fall dedicado a su difunto padre el cual, tal y como ella afirma, «siempre la acompaña en el camino». Qué hermosa forma de ver la vida a través de la muerte en una canción que resulta más una oda a la figura de un padre, el cual, sigue protegiendo a su hija frente a toda adversidad.
La irlandesa no deja de asombrarnos con su capacidad de transmitir a la vez felicidad y tristeza construyendo una atmósfera de paz y, paradójicamente, caos. Para poder entender a lo que nos referimos, deben vivir en el concierto, deben bucear en los ojos azules de la dama de la canción mientras entona un Only You dedicado a alguno de sus ex-amantes.
La sala se cierra entre bises y bailes de inspiración celta bajo la luz de una lámpara de araña que ha visto como, un año más, gracias a una brillante organización, se ha podido hacer magia.
Con la misma naturalidad que entra en el escenario lo abandona. “This is my favourite place in the world”, confiesa. Y la nuestra, Sharon.
Redacción- Gael Núñez Vázquez (@gaelnunezvazquez)
Fotografía- Sonia Gila Burgos (@soniagilab)
