Robert Moreno salva el match-ball gracias a un latigazo de Rochina desde la frontal
Granada y Sevilla cerraban la jornada liguera en Los Cármenes con un derbi andaluz de contrastes. El Granada, con un Robert Moreno más que discutido, buscaba la primera victoria de la temporada ante un conjunto hispalense que llegaba invicto y con la oportunidad de sumar los mismos puntos que el Real Madrid con un partido menos.
El cuadro nazarí, consciente de que estaba con la soga al cuello, apostó de inicio por una presión alta para entorpecer la salida de balón de los pupilos de Julen Lopetegui, que se mostraban incapaces de generar fluidez en el centro del campo. Pese a no crear demasiadas ocasiones de peligro, el Granada se mostraba intenso y solidario en los esfuerzos. Los primeros 25 minutos mostraron la mejor cara de la temporada del equipo granadino, que encontró el premio del gol gracias a un latigazo de Rochina desde la frontal.
El tanto dejó grogui a los sevillistas y hacía justicia con lo visto en el terreno de juego durante la primera mitad. De hecho, el Granada se pudo ir con mayor ventaja al túnel de vestuarios si no fuera porque Luis Suárez se encontraba adelantado tras un pase picado de Rochina.
Lopetegui, sabedor de la mala primera parte de los suyos, no se lo pensó dos veces y metió de inicio en la segunda parte a Jesús Navas, Munir y Papu Gómez para revolucionar el encuentro. Los cambios surtieron efecto y el Sevilla mejoró su imagen. La segunda parte fue un monólogo sevillista pero los granadinos, conscientes de que estaban en juegos tres puntos vitales, se pusieron el mono de trabajo y defendieron el resultado con uñas y dientes. Un gran Maximiliano, que volvió a erigirse en héroe, aguantó las embestidas de Papu, Koundé y Munir y, finalmente, los tres puntos se quedaron en Granada. Robert Moreno coge aire y salva el match-ball, mientras que el Sevilla pierde una oportunidad de oro para auparse en lo más alto de la clasificación.
