El GEO José Francisco Torronteras fue la última persona a la que mataron los yihadistas detrás del 11-M en un atentado suicida cuando iban a detenerles.
El 3 de abril de 2004, tres semanas y dos días después de los atentados del 11-M, la Policía se encontraba frente al número 40 de la calle Carmen Martín Gaite, en Leganés. Según las investigaciones de las fuerzas de seguridad, allí se encontraban los terroristas que habían organizado las explosiones en los trenes que conmovieron a toda España. Entre los agentes que acudieron a Leganés se encontraba Torronteras, un GEO con más de 17 años de servicio al que le esperaban en casa su mujer y sus dos hijos.
La Policía sabía que los yihadistas se estaban preparando para volver a atentar en otros puntos tanto de Madrid como del resto de España. Los terroristas, que se vieron acorralados ante la llegada de los efectivos, prepararon un atentado suicida que, aunque fue improvisado les sirvió para provocar grandes daños. Mientras colocaban los explosivos algunos de los yihadistas aprovecharon para llamar a sus familias y despedirse.
Finalmente cumplieron con su objetivo y el edificio quedó destrozado. Hubo una gran onda expansiva que desplazó a la mayoría de los agentes, aunque todos seguían conscientes. Incluido Torronteras, que solo tenía la pierna herida. Sin embargo, no consiguió llegar al punto médico que se había colocado cerca del edificio porque algo había perforado la vena femoral y falleció desangrado unos minutos después de la explosión.
Dos veces víctima
Pero no se conformaron con matarle. Menos de un mes más tarde de ese fatídico 3 de abril de 2004 alguien entró en el cementerio, sacó el ataúd del GEO del nicho y realizó lo que algunos expertos consideraron un rito árabe en el que prendieron fuego al cuerpo y féretro de Torronteras. Las investigaciones policiales no consiguieron encontrar quién realizó ese acto, aunque sospechaban que fueron varios miembros de la familia de uno de los terroristas a modo de venganza.
Torronteras fue la víctima que evitó que hubiera muchas más.
