Hoy, 30 de agosto de 2021, y desde hace diez años, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), aprobó la Convención Internacional para la protección de de todas las personas contra las desapariciones forzadas, motivo por el cual también se celebra la memoria de aquellas personas fallecidas o desaparecidas en circunstancias extremas.
En España, el segundo país del mundo con más fosas comunes después de Camboya, fueron sepultadas bajo tierra y olvido hasta 114.000 personas, a las cuales sus familias siguen buscando sin descanso y sin perder la esperanza. Si bien, el Estado tiene la obligación de apoyarlas, hasta ahora las exhumaciones han sido sido realizadas gracias al esfuerzo social y económico de todas aquellas personas que no han dejado que la memoria de sus antepasados caiga en el más profundo olvido.
El caso más reconocido en nuestro país, hasta ahora, es el del poeta Federico García Lorca, asesinado por las fuerzas fascistas de la Guerra Civil, y que tras haber sido buscado en tres ocasiones, las dos primeras dirigidas por la Junta de Andalucía y una privada a cargo de una asociación, no ha hallado reposo ni descanso en la mente democrática de los españoles.
Si bien el Estado Español parece haberse dado cuenta del tremendo olvido que ha supuesto esta etapa para nuestra memoria, dando lugar así a un plan de choque de exhumaciones con ayudas para 189 fosas más y un total de 303 proyectos, tal y como dijeron el pasado 26 de julio de este mismo año.
No obstante, no somos el único país a la deriva en este aspecto. En Sri Lanka siguen siendo muchas las mujeres desaparecidas, así como en Afganistán, con más de 160 mil casos investigados por la ONU. Por su parte, en Egipto y Yemen, periodistas y defensores de los derechos humanos han sido obligados a desaparecer sin una respuesta por parte de sus gobiernos.
En Europa, por ejemplo, y dentro del marco del conflicto armado en Ucrania sigue sin esclarecerse la práctica de detenciones y torturas secretas. Así se refleja en el informe “You don’t exist”, basado en el testimonio de más de 40 víctimas y testigos de familiares desaparecidos.
Así, y como un problema global que afecta a la memoria de los países, en Latinoamérica siguen siendo demasiadas las cifrases de desaparecidos en México, con casi 62.000 desaparecidos, Honduras o Perú.
