Un 26 de abril de luces de neón y acordes de ukelele, en la famosa Sala Morocco de una calle del centro de Madrid, el tiempo se detiene.
Si no fuera por las mesas de dos sillas, la falta de humo en el ambiente y las caras parcialmente escondidas detrás de mascarillas de colores podríamos sentirnos como en una cápsula del tiempo- rumbo a la antigua normalidad.
El brillo en los ojos de un retrato de Sinatra pronostica una buena tarde. Y las sonrisas de los integrantes del fenómeno Meler solo confirman nuestro pronóstico: en este garito de Madrid hoy, sol y buen tiempo.
Jonathan, Javier y Lorenzo aterrizan con una energía desbordante a juego con sus guitarras de colores. La combinación estética de los chicos resume a la perfección la clave de su éxito: diferencias, coherencia y mucha música.
Meler es el fruto de una convergencia de talento y dedicación. Sus orígenes se remontan a las profundidades de los metros de Madrid donde, tres chicos decidieron dar una oportunidad a su sueño. Años más tarde se suben a uno de los escenarios más emblemáticos de la Movida madrileña para presentarnos, por fin, el primero de lo que esperamos, sean muchos discos. Bajo el paraguas de Sony Music y de la mano de uno de los mejores productores del panorama actual, Jordi Mello, nos traen una propuesta romántica, rockera y muy bien empastada.
Los chicos son puras buenas vibraciones en el escenario. Su calidad musical es innegable pero, además, Meler consigue lo que muy pocos pueden: meterse al público en el bolsillo. Solo han hecho falta un par de acordes de guitarra junto con el ritmo relajado de un ukelele para que toda la sala se entregara por completo.
Las miradas cómplices y los cambios de instrumentos son la tónica dominante de lo que pasa en el escenario. Mientras, nosotros volamos de la mano de uno de sus singles más especiales, Cometas.
Continúan su travesía por el cielo con Decidí Volar, una de las pocas canciones que hemos tenido oportunidad de aprendernos previa al concierto, encontrándose actualmente en todas las plataformas musicales.
Jonathan baja las vibraciones con una reflexión sobre el desamor: » existe una forma de afrontar el desamor orgullosa y competitiva, pero también existe otra despojada de todo orgullo, en la que te sientes atrapado. Esta canción habla de aquellas relaciones en las que te quedas bloqueado en la misma página«. Con frases como » para olvidarte no hay fecha ni calendario» nos recuerdan que, a veces, quedarse puede ser la decisión más acertada.
Overbooking en el escenario. Volvemos a cambiar de estilo añadiendo a dos integrantes, un batería y un bajo. De este modo ponen el broche de rock and roll a su pequeña presentación, prometiendo mucho más en el futuro.
El punto final vuelve al origen. Suena Cometas, esta vez, con toda la fuerza de unos chicos que vienen para quedarse.
Pese a haberse acabado, nosotros tuvimos la oportunidad de hablar con ellos, por primera vez, aprovechándonos de ese subidón con el que bajaron del escenario.
» Estamos muy contentos, esto es un privilegio«- decía Jonathan, a lo que Javi y Loren respondían afirmativamente. – «Después de tanto tiempo sin tocar en un escenario, da gusto poder hacerlo. En el confinamiento seguíamos componiendo, pero al final es por esto por lo que hacemos nuestra música«. Un confinamiento muy productivo y sesenta canciones más tarde han conseguido su sueño, tener un disco propio. «Elegir las canciones que íbamos a meter resultó ser uno de los trabajos más duros» afirma Javi, confesando que el criterio de elección se basó en un método muy democrático. » Hicimos votaciones para elegir la mejor canción, no la que más creíamos que fuera a gustar, sino la mejor» añade Jonathan, a lo que Loren asiente con convencimiento.
El chico más alegre de Meler comienza la entrevista de forma un tanto introvertida pero, poco a poco va haciéndose con la conversación.» Hemos hablado de muchas cosas, pero lo verdaderamente importante es la música, estamos aquí por eso» sentencia Loren. Y es que este fan de John Mayer y de los solos de guitarra no puede ocultar su verdadera pasión por los instrumentos.
Para acabar la entrevista, discutimos una palabra que defina a los chicos dentro del grupo.
Jonathan lo tiene claro: » Loren es la positividad, incluso cuando teníamos un día terrible tocando en el metro, él siempre conseguía sacar una frase que nos hiciera recuperar la moral». Jonathan se define como la energía, en lo que no puedo estar más de acuerdo. La potencia de este chico solo encuentra comparación con un Mercury en plena forma.
Tras mucha reflexión, llega el turno el romanticismo personificado: Javi se define como fan de las baladas, de la música inglesa y de la delicadeza de Sheeran. Su palabra : diplomático. Javi es el encargado de traer paz a un torbellino que, esperemos, no haya hecho más que empezar a girar.
