Max Verstappen ganó ayer en Austin una carrera basada en la estrategia. Que Lewis Hamilton tomara la delantera en la primera curva no fue un problema para los austriacos.
El espectáculo de la F1 llegó este fin de semana a tierras americanas, territorio que siempre ha sido un hueso duro de roer para la categoría. Sin embargo, una entrada de casi 400.000 espectadores durante el fin de semana confirma que el público estadounidense acepta cada vez más a la competición. Para la FIA este es un signo muy optimista de cara a la visita el año que viene a Miami.
Ya el sábado se creó una gran expectación con el resultado de la clasificación. La primera línea entre Max Verstappen y Lewis Hamilton con Sergio Perez detrás preveía que algo podría acontecer en la primera curva. Además, el hecho de que Valtteri Bottas saliese retrasado dejaba a Hamilton sin su escudero y debiendo luchar él solo contra los dos Red Bull. Pero una vez más, el británico de Mercedes mostró sus galones y consiguió adelantar a Verstappen en el primer giro a izquierdas, ayudado también por el hecho de que el segundo cajón de la parrilla queda también al lado izquierdo. Con un movimiento agresivo, Hamilton logró zafarse de Verstappen, que incluso se vio forzado a rodar por fuera de la pista.
Una partida de ajedrez entre Red Bull y Mercedes.
A partir de aquí el protagonismo de la carrera fue para los ingenieros. Tomando una decisión arriesgada, el muro de Red Bull optó por llamar a Verstappen a boxes antes que su rival por el título, consiguiendo una ventaja de 6 segundos en la primera ronda de paradas en boxes.
Aunque Verstappen estaba siendo más rápido, a partir de la décima vuelta el neerlandés reportó a su equipo que estaba sufriendo un dramático descenso de la adherencia de sus neumáticos, llevándolo a deslizarse en algunas curvas. Por ello, desde Red Bull decidieron parar el monoplaza y cambiar a neumáticos medios. Por su parte, Mercedes optó por no copiar la estrategia y mantuvieron a Hamilton en pista hasta la vuelta 12, en la que él y Sergio Perez hicieron su primer cambio de gomas.
Con este movimiento, Verstappen volvió a la primera plaza, pero Hamilton comenzó a ser más rápido. El de Mercedes marcaba tiempos de un minuto cuarenta frente al minuto y cuarenta y uno del Red Bull cuando milagrosamente apareció un Virtual Safety Car que cortó el ritmo del inglés. Llegando la vuelta 29, Verstappen fue nuevamente llamado a boxes, al tiempo que Mercedes le volvió a decir a Hamilton que se quedase en pista, hasta ocho vueltas más.
A su salida de boxes, Hamilton tenía una desventaja frente a Verstappen de casi 9 segundos, que consiguió rebajar hasta los 4.8 en menos de cinco giros gracias a que el Red Bull se encontró con tráfico. Y al llegar a la vuelta 50 la diferencia era de tan solo dos segundos. En este momento la distancia entre ambos pilotos se mantuvo, y a falta de tres vueltas Hamilton consiguió acercarse hasta las 8 décimas. En este crucial momento, Verstappen se encontró con Mick Schumacher delante. Pasando la zona de detección a menos de un segundo del Haas, el Red Bull pudo usar su DRS y mantenerse alejado de Hamilton, lo que hizo acabar la carrera con una diferencia de 1.3 segundos.
Sergio Perez vio la bandera a cuadros 42 segundos después del grupo de cabeza, y Leclerc a su vez cruzó la meta a 10 segundos del mexicano.
Con este final, nos veremos en Mexico en dos semanas con una diferencia de 12 puntos. Solo quedan 5 carreras pero aún está todo por decidir.
