Tras más de un año al cargo de la competición más importante de automovilismo, Liberty Media nos ha dejado algunas cosas positivas, y de otras sobre las que tenemos aún ciertas dudas. Lo cierto es que intenta alejarse de la visión que tenía Bernie Ecclestone sobre la Fórmula 1. Aún así ¿es este el cambio que necesitábamos sobre la F1?
7 de septiembre de 2016, en las oficinas de Liberty Media. El legado de Bernie Ecclestone llegaría a su fin tras la temporada. El grupo norteamericano de John C. Malone había comprado el 100% de las acciones de la Fórmula 1. Una de las empresas más importantes en medios de comunicación pasaría a organizar uno de los campeonatos de mayor prestigio del motor.
Chase Carey, el propietario de la Fórmula 1 (Fuente: Autosport)
Esto en parte venía como consecuencia del declive de Bernie Ecclestone, el antiguo propietario de la Fórmula 1. Éste, tras varios años de desigualdad y aburrimiento en la categoría, recibió muchas críticas por su gestión. Y entonces, los de Liberty Media no se lo pensaron dos veces y compraron la Fórmula 1 para acercar mucho más la competición a los medios de comunicación.
Competencia en el automovilismo
Desde la temporada 2014 hasta la temporada 2016 se demostró un absoluto dominio de la marca plateada, Mercedes. Eso produjo que pilotos como Fernando Alonso se aburriesen del espectáculo, dando siempre un parecido resultado. En parte, lo que buscaron ciertos pilotos de otras competiciones fue poner en el mapa del automovilismo otras competiciones, como el WEC, la IndyCar o la Fórmula E, que podían llegar a ser campeonatos que releven a la propia Fórmula 1 si el interés hubiese seguido bajando.
Tony Kanaan en la IndyCar (Fuente: Zimbio)
Al parecer, el propio Alonso y su equipo McLaren pusieron al alcance de todos la Indy500, compitiendo con equipo propio y dando como resultado más expectación por dicha carrera, que fue un abrir de ojos para nombrosos aficionados. Y este año Alonso ha confirmado su presencia en el WEC, por tanto la Fórmula 1 tendrá que adaptarse.
El actual logo de Fórmula 1 (Fuente: formula1.com)
Los de Liberty Media se han puesto a ello, y han observado posibles factores que puedan sumar seguridad y audiencia. De primeras, para la vigente edición han decidido instalar el Halo como medida de seguridad, y cambiar elementos bastante transcendentales en los medios de comunicación, como los gráficos, el paddock… hasta el propio logo de la Fórmula 1, para tener más alcance y más comercialización de la propia competición.
Cambios de cara al futuro
Liberty Media, a parte de tener un gran papel mediático, tienen a especialistas del tema. Ross Brawn y Chase Carey se encargan de manejar el proyecto, que de momento tiene ciertas ideas ya entre manos.
Con la amenaza de Ferrari de salirse y crear un campeonato paralelo, han puesto sobre la mesa ciertas ideas:
2019
-Aumento del flujo de combustible (de 105kg a 110kg)
-Guantes biométricos
-Peso del piloto, independiente al del coche
-Cambios aerodinámicos (posibles detalles a partir del GP de España)
-Más hueco para patrocinadores
-Carrera clasificatoria de 100km (por confirmar)
2021
-Eliminación de MGU-H
-Igualar los ingresos de los equipos
Ideas de otros campeonatos
El hecho de que el campeonato contenga alguna carrera urbana se está estudiando, aunque no agradaría mucho a los de la Fórmula E. El ritmo de la categoría eléctrica no es muy rápido, y quedarían un tanto mal de disputarse alguna carrera así, por tanto no entra en sus intereses. A parte, otra opción es hacer alguna carrera de resistencia o correr en óvalos. De momento esta idea no se ha estudiado, y sería bajo un reglamento diferente.
Un Porsche disputando las 24h Le Mans (Fuente: lemans.org)
La idea que se quiere dar en los próximos años es de lucir los coches, como si se tratase de un salón de belleza. Por tanto, tanto la aerodinámica como los eventos tienen que combinar a la perfección. Y de momento, eso falla con la Fórmula 1. Por tanto, tendrá que crear algún tipo de espectáculo que juegue con las redes sociales, y que no haga de la Fórmula 1 el espectáculo monótono al que nos tienen acostumbrado.
