Murcia clama ante la contaminación manifiesta en el Mar Menor, que supone, además del evidente desastre ecológico, la desesperación de las muchas familias que viven -o vivían- de lo que fue una joya de la naturaleza.
Sobre unas aguas —ahora verdosas— que en tiempos mejores sirvieron para el disfrute de turistas y enriquecimiento de los hosteleros locales, yacen hoy en día toneladas de peces asfixiados por los nutrientes procedentes de la agricultura intensiva de la región, que emplea la laguna de agua salada como vertedero para sus nitratos, provenientes principalmente de fertilizantes.
El haber alcanzado esta situación límite no tiene otro culpable que la dejadez de la clase política, que no tomó medidas para intentar reducir una catástrofe que se podía vislumbrar desde tiempo atrás. De hecho, el PP derogó en 2001 la ley que protegía al Mar Menor. En 2016 se produjo la denominada «sopa verde» cuando se disparó la producción de fitoplancton, algas microscópicas mortales para la vegetación, y que en nueve meses ocasionaron la pérdida del 85% de las praderas submarinas. Y en 2019, la riada que provocó la DANA arrastró toneladas de agua dulce y tierra con nitratos, por lo que las dos capas de agua, al tener distinta salinidad y densidad, no se podían mezclar, el fondo se quedó sin oxígeno, empujando a los animales hacia áreas periféricas, y convirtiendo algunas playas en auténticos cementerios de fauna acuática.
De este modo, el Colegio de Biólogos de la Región de Murcia ha emitido un informe pidiendo el consenso entre las distintas autoridades competentes para comenzar un arduo proceso de recuperación de la albufera de mayor extensión de toda España. Por su parte, el presidente de Murcia, Fernando López Miras, compareció el viernes 20 de agosto de urgencia para abordar la situación y no tardó en reprochar al Gobierno central su inacción y pedir la apertura de la gola de Marchamalo —un canal que conecta al Mar Menor con el Mediterráneo—, además de reclamar las competencias sobre la costa y cuenca de la albufera. También anunció la prohibición de verter nitratos en el Mar Menor, aunque indicó que era el Gobierno central quien debía hacer cumplir esa restricción.
La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, visitará el Mar Menor este miércoles, luego de que el presidente de la Región de Murcia anunciara una denuncia contra la ministra por «su inacción y falta de aplicación de medidas que contribuyan a la protección y recuperación del Mar Menor». Ella replicó en una entrevista en Radio Nacional que la Región de Murcia «tiene competencias de sobra para velar para que no se envenene el Mar Menor» y que lleva «años sin hacer nada para evitar que el agua contaminada llegue a la laguna».
