El Sevilla se complica la vida en Champions tras perder por 1-2 frente al vigente campeón de Francia
Sevilla y Lille se veían las caras en la cuarta jornada de la fase de grupos de la UEFA Champions League. Se respiraba ambiente de final en el Pizjuán y no era para menos. Tras la victoria del Wolfsburgo frente al Red Bull Salzburgo, ambos equipos estaban obligados a ganar para no descolgarse de la lucha por el pase a octavos de final. De inicio, Julen Lopetegui, pese a la recuperación de En-Nesyri, seguía apostando por Rafa Mir en punta y otorgaba la banda derecha a Suso. Por su parte, la principal novedad en el conjunto francés era la titularidad de Weah en detrimento de Burak Yilmaz, que era baja por lesión.
Ambos conjuntos, conscientes de lo que se jugaban, salieron al terreno de juego con un ritmo de vértigo. El Lille, de la mano de Renato Sanches, buscaba dominar la posesión mientras que los hispalenses buscaban hacer daño en las transiciones a través de un Ocampos que aparecía por todas partes. El argentino, que cada vez recuerda más al jugador que deslumbró en su primera temporada, estuvo a punto de abrir la lata con un testarazo que se fue fuera por muy poco. Sin embargo, a la segunda no perdonó. El 5 remataba a merced un despeje de Grbic tras un remate centrado de Rafa Mir y ponía el 1-0 en el marcador. El Lille trató de reaccionar rápido y en la siguiente jugada reclamó un penalti sobre David que ni el árbitro ni el VAR ratificaron.
El gol de Ocampos hizo que el partido cambiase por completo. El Sevilla, muy bien plantado sobre el campo y con un formidable Fernando, trataba de cerrar todos los espacios para hacer daño en el contragolpe. No pasaba nada y todo parecía indicar que el partido se iba a ir con 1-0 al descanso pero, en una jugada aislada, el colegiado señalaba penalti tras un manotazo de Delaney sobre Bamba. El guardameta marroquí aguantó y estuvo muy cerca de pararlo pero Jonathan David no fallaba para firmar las tablas. El gol fue un jarro de agua fría para los nervionenses y, de hecho, aún pudo ser peor si no fuera por un formidable Bono que ganaba la partida a Ikoné en el uno contra uno.
Tras la reanudación, el Lille salió en tromba y avasalló a un Sevilla que todavía estaba mermado. El 1-2 se estaba mascando y no tardó en llegar. Celik mandaba al palo el esférico tras una gran jugada por la izquierda e Ikoné remataba el rechace a merced. Lopetegui, sabedor de que se complicaba el partido y la clasificación, introducía en un triple cambio a En-Nesyri, Jordán y Lamela.
Las múltiples interrupciones propiciaban que el Sevilla fuese incapaz de generar peligro y, para colmo, Jesús Navas hacía saltar las alarmas y pedía el cambio por lesión. Los hispalenses lo intentaron hasta el final con un Bono que subió a rematar dos jugadas a balón parado pero el partido finalizó con el 1-2. El Sevilla se pega un tiro en el pie, pasa a ser cuarto clasificado y se coloca a dos puntos de Lille y Wolfsburgo y a cuatro del Salzburgo. Toca obrar el milagro ganando a alemanes y a austriacos.
