Una planificación deportiva se prepara normalmente año a año, temporada a temporada, aunque lo que se preguntan los aficionados culés día tras día es cómo va a ser el día uno de la era post Messi.
El presidente del club ya ha hablado muchas veces de que el Barça se está preparando ya para un futuro sin Messi, porque, aunque no queramos aceptarlo, el mejor futbolista del mundo está llegando a sus últimos años. La pregunta es, ¿Qué filosofía adoptará el club?
Opciones
Solo hay dos opciones: confiar en los jugadores que llevan años aprendiendo desde dentro del club a jugar un futbol único y difícil o hacer una inversión considerable de dinero por jugadores de élite que aporten magia y habilidad.
La segunda opción parece la más fácil, jugadores hechos, con experiencia que poco a poco vayan asumiendo lo que es el juego azulgrana. Pero existe un riesgo, la paciencia de esperar que esa esencia vaya calando en su interior.
Pero con lo exigente que es el aficionado del Barça con el juego de su equipo, sobre todo después de ver a su equipo levantar trofeos cada temporada con un estilo de juego diferente, ¿Estamos preparados para ver como el juego del Barça cambia por completo?
Si no queremos esto, si queremos ver como el Barça sigue siendo un club único, necesitamos confiar en los jugadores que proceden de la cantera, esa cantera que nos ha dado tanto. Porque qué sería del Barça ahora mismo si no hubiéramos confiado en la cantera, si hubiésemos cedido a Messi a la Juventus como pidió Capello a Rijkaard en un trofeo Joan Gamper en 2005, ¿si hubiésemos dejado que jugadores como Xavi e Iniesta siguieran sus carreras en otros equipos? Evidentemente todo sería diferente.
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Estrellas del futuro
Precisamente el Barça no puede quejarse de cantera, jugadores como Arnau Pradas o Lamine Yamal que nos han asombrado en la Liga Promises, jugadores como Riqui Puig, Collado, que los tenemos ya en dinámica de primer equipo, u otros como Ilaix Moriba o Nicolás González que los vemos ya jugando en el filial entre muchos otros que demuestran día a día que su futuro pasa por el primer equipo.
Por lo tanto, si tenemos tan buenos jugadores, la gente se preguntará porque no suben al primer equipo. La respuesta es simple, miedo. Miedo a perder, miedo al cambio, miedo a equivocarse. Esto es lo que nos encontramos ahora mismo, pero cuando la generación de oro acabe, va a tocar arriesgarse y, sobre todo, confiar.
Lo que no sabemos es si el riesgo lo vamos a poner en forma de dinero o en forma de oportunidades a chicos que solo necesitan experiencia para demostrar lo que valen, igual que hicieron los mismos chicos que nos llevaron a dominar el fútbol durante muchos años.
