Setenta y dos horas después el Girona volvía a competir en una nueva jornada de la Liga Smart Bank, esta vez frente al Castellón en el Nou Castàlia. El encuentro se iniciaba con un cambio táctico de Francisco en la formación, del clásico 4-2-3-1 al 3-5-2 con la incorporación de los carrileros que tanto había funcionado en el sistema de Pablo Machín. Franquesa y Calavera eran los encargados de equilibrar el sistema con sus idas e venidas por banda y, puestos a pedir, para a colgar balones para sus hombres de referencia: Bustos y Sylla. Francisco volvía a convocar a Christian Stuani tras lesión. Sáiz, Juanpe, Aday, Muric, Couto y Luna eran bajas para visitar el equipo de la Plana.
Por su parte, los orelluts llegaban al partido con mala dinámica; de los últimos tres encuentros solamente habían conseguido sumar un punto en Fuenlabrada. El técnico Oscar Cano con la única baja de Juanto Ortuño y con la reaparición de Victor García tras sanción, revolucionaba su esquema con hasta seis modificaciones en el once: Whalley en portería, Guillem Jaime en el lateral derecho, Fidalgo y Gus Ledes en el centro del campo y César Díaz en la delantera.
Los primeros minutos de encuentro se consumían con mucha lentitud en el juego circular de ambos conjuntos. El Girona, con los tres centrales posicionales, intentaba presionar con la salida de sus carrileros en campo contrario, el equipo local no lograba vencer esta presión y colocaba balones largos para sus hombres en punta. La primera ocasión de gol no llegaba hasta el ecuador de la primera parte, donde Gumbau sacó un disparo con la zurda que salía lamiendo el palo derecho de la portería de Whalley.
Y al filo del descanso llegaba el primer gol del encuentro, tras una buena acción de Sylla por banda derecha que no lograba conectar con Bustos dentro del área y Franquesa, muy atento, llegaba de segunda línea en la banda izquierdo para finalizar por debajo de las piernas del guardameta local. El Girona se adelantaba en un partido que todo hacía prever que terminase, al menos los primeros cuarenta y cinco minutos, en resultado gafas. El árbitro pitaba el final de la primera parte.
La segunda mitad empezaba con un Castellón más puesto en el partido, sobre todo en la creación de juego ofensivo. Los laterales Muguruza y Satrústegui lograban intervenir más en campo contrario, pero el equipo no acababa de conectar con el último tramo de campo para finalizar en disparo.
Los minutos transcurrían con un Girona muy buen puesto en posiciones defensivas; y con un Castellón que quería aprovechar todos los minutos con la insolvencia por banda de Pablo Fernandes que había sustituido a César Díaz al minuto sesenta y ocho. El Girona también había movido ficha en el sesenta con un doble cambio: entraban Kebe, Stuani y salían Cristóforo y Bustos. La paciencia se terminaba en el técnico local que a falta de veinte minutos no lograba vencer el muro defensivo liderado por Bernardo en el eje de la medular.
El tramo final fue dominado claramente por el equipo albinegro que con mucho desborde por banda derecha disponía de la mejor ocasión del partido tras un buen desborde de Fernandes a Franquesa que después el maño ponía dentro del área y que por muy poco no aprovechaba Fidalgo. El árbitro no alargaba más el encuentro y ponía fin al partido. El Girona sumaba una buena victoria aprovechando una errada de la zaga local.
