Se empieza a notar la mano de Caparrós en el equipo, sufrida y trabajada para el Sevilla. Partido intrascendente para el Madrid, sin intensidad los de Zidane.
Partido con diferentes perspectivas para cada equipo en el Ramón Sanchez Pizjuán, mientras los de Caparrós se jugaban la clasificación para la Europa League, los de Zidane tenían la mirada puesta en Kiev.
Los primeros 25 minutos transcurrieron sin muchas oportunidades para ninguno de los dos equipos, algún que otro acercamiento sin importancia del Mudo Vázquez y una falta atajada a la perfección por David Soria.
Vendabal sevillistas y concesiones madridistas
Justo en el minuto 25, un balón en largo de David Soria peinado por Muriel y bajado a la perfección por Ben Yedder supuso el primero del Sevilla y la explosión de júbilo en las gradas del Sánchez Pizjuán. Vallejo y Ramos anduvieron muy blandos en dicha jugada, no fue la mejor noche de ninguno de los dos.
Despuéss del gol sevillista volvió la intensidad del equipo de Caparrós y la pasividad blanca. Juntando estos dos elementos y tras una clarísima oportunidad de gol en el 41 a favor del Sevilla pero abortada por Nacho en la misma línea de gol, llegó el tanto de Layún en el minuto 44 tras la asistencia de Steven N´zonzi.
Segunda Parte muy de Caparrós
Como se mencionó anteriormente, la mano del utrerano se ha notado en el juego del equipo, muchísima intensidad del Sevilla, pelea en el centro del campo, mordiendo en cada balón dividido, nada que ver tiene este Sevilla con el de Montella.
Con todo esto, la segunda parte empezó con una falta ejecutada por Sergio Ramos en el 55 que se fue por muy poco a la derecha de la portería de David Soria, y una gran ocasión para el Sevilla pero despejó Vallejo, otra vez cuando el balón se colaba.
En el minuto 57, la internada de Lucas Vázquez y la zancadilla de Franco Vázquez propiciaron el penalti que posteriormente fallaría Sergio Ramos enviando el balón al travesaño.
Este fallo dio alas al Sevilla nuevamente, que veía cómo Luis Muriel desperdiciaba un mano a mano con Kiko Casilla en el 58, Otro fallo del cafetero.
Hasta el minuto 77, no se produjo acercamiento alguno, pero Casemiro rompió esta tónica y envió un lanzamiento potente que se marchó muy pegado al poste izquierdo de la portería defendida por David Soria.
En el 84, fue Mercado el que culminó un magnífico partido y una gran galopada enviando el balón a la red, tras un rechace en Ramos.
Sólo un arreón final, cuando Mayoral en el 87 y Ramos en el 95 enviaron el balón al fondo de la red sevillista, dejó vislumbrar el equipo que puede llegar a ser este transatlántico que es el Real Madrid.
