La banda toledana se estrena en La Riviera de Madrid y presenta en dos pases su nuevo disco «fábula», ‘Corazonada’.
Era mayo de 2017. Diego, Yago, Pepe y Jaime se subían al escenario de la mítica sala madrileña Moby Dick. Diego, vocalista, acabó ese concierto con un esguince de tobillo y Veintiuno se convirtió en una mierda de banda para un periodista musical que rondaba por allí.
Así lo recordaba el mismo cantante este viernes en una Riviera entregada a la Corazonada (Warner, 2021) de unos músicos que han demostrado ser unos auténticos obreros del pop. Veintiuno presentó su tercer disco, recién publicado, en dos pases en la sala madrileña, uno de ellos con sold out.
Con una composición y una producción muy cuidada, Corazonada se ha ido cocinando durante más de un año con un total de 14 canciones. Antes de la publicación del álbum, ocho sencillos llegaron como pequeñas píldoras de lo que iba a ser el proyecto con más dedicación de la breve carrera de los toledanos.

La Riviera mostraba esa imagen rara a la que parece que ya nos hemos acostumbrado. Sillas separadas por cintas, camareros que atienden directamente desde los asientos, ir al servicio por turnos y bailar sin cesar a cabezazos. Al arranque del concierto, los minis de cerveza pasaban de mano a mano, de labio a labio. Sonaba la instrumental Júbilo, tema que arranca el disco y que fue concebido para enlazarlo con Mi monstruo y yo. Así lo hicieron en el concierto.
Vestidos con mono blanco, los cuatro miembros que forman Veintiuno salieron a escena dispuestos a disfrutar y a hacer disfrutar. Un repaso detallado por el último disco protagonizó un directo cargado de sonidos pop reinventados con funk y R&B. Formación rock básica: batería, guitarra, bajo y voz con piano en algunos temas fue el medio de presentación del nuevo sonido de los toledanos.

Chica Sobresalto y Ainoa Buitrago fueron las invitadas especiales de los conciertos
Las canciones de Corazonada reinaron en el set list con temas pegadizos como Haters o Caramelo. El concierto también se prestó a sorpresas, algunas esperadas, como las colaboraciones con Chica Sobresalto en Nudes y Ainoa Buitrago en Parasiempre. El tercer featuring del disco es Salvavidas con Pole., que sonó sin la presencia del toledano, pero bien defendido a la voz de Diego.

A nivel de directo, la banda muestra un estilo muy personal marcado por riffs melódicos sobre escalas pentatónicas en las guitarras de Jaime Summers, productor de la banda. Estos se complementan a la perfección con los romperitmos pop de la batería de Pepe Narváez y las líneas de bajo de Yago Banet.
A las canciones de Corazonada, se sumaron grandes temas que no pueden faltar en ningún concierto de Veintiuno. Cabezabajo del Gourmet (Warner, 2018) y el «¿Alguien ha visto la explosión?» o una Pirotecnia llena de magia cerraron el concierto, no sin la enérgica Dopamina. Una línea melódica de guitarras eléctricas con guiños a See you again de Wiz Khalifa sirvió de introducción al tema más conocido de la banda. Con toda la sala cantando bajo las mascarillas y con los ojos rasgados por esas sonrisas que no se ven, pero que sin duda están, finalizó un concierto lleno de felicidad, de estilo y de buen gusto por la música. Allí se dejo bien clarito que no, que Veintiuno no es una mierda de banda.
