‘Mona Lisa and the Blood Moon‘ y la rusa ‘The Execution‘, entre las películas más destacadas del primer día de la 54ª edición del Festival de Cine de Sitges
Ana Lily Amirpour, con su segundo largometraje, fue la encargada de inaugurar la 54ª edición del Festival de Sitges. Mona Lisa and the Blood Moon, que formó parte de la Sección Oficial del último Festival de Venecia fue presentada en la Inauguración del Auditori junto al corto La Inquilina, protagonizado por la premiada Belén Rueda. Más tarde, se exhibió la rusa The Execution, un potente thriller basado de forma libre en la historia real del asesino en serie más popular de la Unión Soviética.
Mona Lisa and The Blood Moon: Amirpour vuelve a Sitges
Ana Lily Amirpour presentó hace ya siete años su primera película, Una chica vuelve a casa sola de noche, en Sitges. Entonces convenció con su propuesta que mezclaba géneros y referencias en una original historia de vampiros. En este caso, su historia es algo menos original y no tan acertada como aquella, aunque cuenta con suficientes elementos propios como para contentar a sus seguidores.
Mona Lisa and the Blood Moon nos cuenta la historia de una chica con habilidades especiales que se escapa de la institución mental en la que está internada. Al salir, se ve completamente sola en un mundo que no conoce, y sus interacciones con aquellos con los que se cruza y sus intentos por encajar serán la base de la película. La joven protagonista (Jeong Jong-seo) encuentra ayuda en Bonnie (Kate Hudson) y su hijo Charlie, mientras que intenta evitar que la policía siga su rastro.
Es una película más convencional que su debut, más previsible, y que termina decantándose por caminos ya vistos en este tipo de películas, tanto en las relaciones que surgen entre sus personajes como en su resolución final. Pese a ello, la genial selección musical, su tono más desenfadado, algunos secundarios y la genialidad de algunas escenas concretas hacen de Mona Lisa and The Blood Moon una película correcta y una buena inauguración para el Festival.
The Execution: Fincher en los últimos años de la URSS
Sin duda, una de las mayores sorpresas de estos primeros días del festival ha resultado ser The Execution, ópera prima del ruso Lado Kvataniya. Pese a no catalogarse ni como fantástico ni como terror – aunque a este último podría acercarse en un par de secuencias concretas -, la sórdida y violenta propuesta de Kvatanya ha convencido a los espectadores.
The Execution sigue el rastro de algunos de los mejores thrillers de asesinos en serie que no temen acercarse al lado más crudo y violento de los criminales a los que retrata. Así, vemos como dos inspiraciones claras son el David Fincher de Zodiac – en cuanto a la recreación minuciosa de los procesos de investigación, los interrogatorios o la historia que se expande durante años – o la sobria Citizen X, también presentada en Sitges, con la que comparte la historia de la que parte. Sin embargo, The Execution se toma muchas más licencias a la hora de trasladar la historia del asesino en serie más popular de la URSS de las que lo hacía la obra de Gerolmo, mucho más fiel en cuanto a narrar el procedimiento real de la investigación.
El punto fuerte de The Execution es su dirección, algo especialmente destacable tratándose de un debutante tras las cámaras. La película supera las dos horas, se construye sobre idas y venidas temporales a lo largo de una década en los últimos años de la URSS, y presenta una estructura que puede resultar algo liosa para el espectador general. Sin embargo, ninguno de estos hechos reduce el interés en la historia que se nos cuenta gracias al montaje y a un gran guion.
El juego del gato y el ratón entre el detective y el asesino, la tensión de los interrogatorios, las pistas falsas y los giros funcionan a la perfección. También lo hace la línea cada vez más fina que separa al investigador del criminal, un arco ya visto en este tipo de películas pero que no por ser poco novedoso resulta poco efectivo.
The Execution es un thriller seco, crudo y muy violento que ofrece algunas de las mejores secuencias que se verán en el festival (destaca el montaje en paralelo de los interrogatorios a los sospechosos), y que pese a un final algo alargado termina convirtiéndose en una de las mejores propuestas que se han visto en la Sección Oficial.
