La tercera jornada de la 54ª edición del Festival de Sitges trae el estreno mundial de Veneciafrenia, el último trabajo de Álex de la Iglesia
Álex de la Iglesia es uno de los directores más queridos en Sitges. Sus películas siempre están entre los pases que más expectación despiertan de las ediciones en las que participa, y la gran cola que se formó a las afueras del Auditori para el tempranero primer pase de Veneciafrenia – 8.15 de la mañana – es buena prueba de ello. Sin embargo, este último trabajo presenta a un De la Iglesia más contenido y previsible de lo habitual.
Veneciafrenia: un slasher decepcionante que desaprovecha un gran punto de partida
Viniendo de algo tan potente, distintivo y aclamado como es 30 Monedas es especialmente sorprendente el tropiezo de Veneciafrenia. Es cierto que se rodó en condiciones complicadas y en tiempo reducido, pero el resultado final dista mucho de alguno de los últimos buenos trabajos del realizador como podrían ser Las Brujas de Zugarramurdi o Balada Triste de Trompeta. Veneciafrenia se acerca más en las sensaciones que provoca a películas más flojas y contenidas como El Bar o Mi Gran Noche: parte de una idea con potencial que no termina, ni por asomo, de explotar sus posibilidades.
En este caso el punto de partida es genial: un grupo de venecianos está harto del turismo masivo que está cargándose su ciudad y empiezan a matar a los turistas para intentar alejarles de allí. Si a esto se le añaden las calles de Venecia, máscaras de carnaval, la música de Roque Baños, crítica social, y los golpes de violencia característicos del cine de De la Iglesia, lo lógico sería pensar que nos encontramos ante uno de los mejores trabajos del director.

Son varios los elementos que lastran el conjunto. El grupo de turistas españoles protagonista cae mal desde el primer momento, lo que dificulta enormemente que el espectador empatice y sufra con ellos (además, pese al buen trabajo de García-Jonsson y Silvia Alonso no terminan de funcionar como grupo). Esto es culpa, en parte, a un guion flojo con algunos diálogos que rozan la comedia involuntaria, algo extraño en la dupla formada por De la Iglesia y Guerricaechevarría.
Por si fuera poco, Veneciafrenia tiene el que probablemente sea el final más anticlimático de la carrera de Álex de la Iglesia. Un final que llega de forma abrupta y que echa por tierra todo lo contado previamente, además de dejar al espectador descolocado a la espera de la traca final.
Pese a todo, la película tiene puntos fuertes que salvan el conjunto del desastre. Cosimo Fusco está imponente, las máscaras y la estética veneciana en momentos concretos es espectacular y perturbadora, y los – pocos – estallidos de violencia no decepcionan pese a desear que fueran más. La banda sonora de Roque Baños y los geniales títulos de crédito ayudan a crear una atmósfera que luego la narración no logra mantener. También sorprende y dificulta la inmersión ver las calles de Venecia prácticamente vacías en una película que critica el turismo masivo en la ciudad (aunque de eso tenga la culpa la pandemia del coronavirus).
Veneciafrenia llegará a cines españoles el 26 de noviembre. The Fear Collection empieza con un slasher irregular, pero que cuenta con suficientes elementos como para mantener las expectativas en este nuevo sello y en los creadores que trabajarán en él. El próximo será Jaume Balagueró con Venus, protagonizada por Ester Expósito.
