Sofía Ellar es una de las cabezas del cartel de las Fiestas de San Isidro 2021 en Madrid. Su concierto tuvo lugar en el Centro cultural Conde Duque de Madrid la tarde del pasado viernes.
14 de mayo a las 18:30h era el esperado momento para disfrutar de su música en vivo. Su cita con los madrileños fue anunciada esa misma semana, colapsando la página web Madrid Destino, con miles de personas tratando de conseguir entradas para un aforo limitado. En media hora se agotaron los asientos ofertados, los mismos que en esta tarde de viernes han sido ocupados por un público con la mirada puesta en todo momento en ella. Pájaros piando suenan por los grandes altavoces, cuando los músicos se colocan en sus respectivos puestos. La cantautora sale al escenario decorado al más puro y característico estilo Ellar. Dos grandes y coloridos quitasueños y plumas enganchadas al micrófono ya adelantan que estamos en el lugar correcto.
Sofía Ellar sale cantando Si es Roma amor, vestida de blanco con detalles coloridos y unos tacones que se quita al terminar la canción. Canta Nota en do y agradece a todos los que hacen posible encuentros como este. «La cultura no es solo ocio«, dice recordando que es un trabajo para mucha gente y que es segura sanitariamente. Rock ‘N’ Rolles de chiquillos va despertando al público, que aunque al principio tímido, se hace escuchar. Tras esta, afirma que «tocar en casa impone mucho y veros con la mascarilla aún más, pero os intuimos«.
Introduce quizá una de sus canciones más especiales: Ana. Confiesa que la escribió tras un enfado con su madre, presente entre el público y cuyo nombre da título al tema. Se sienta en el escenario y se emociona mientras le canta a «la mujer más maravillosa de este mundo». Versión de cobarde, Tus movidas, Verano con lima y Segundas partes entre suicidas embelesan al público que se fusiona con palmas al unísono.
«Están los que no se estrellan y luego están los estrellados. Yo soy de esas«, comparte mostrando, una vez más, la importancia de arriesgarse para conseguir sueños. Continúa con De Sastre, Bulevares y deslices, Seis peniques y Hoy que somos locos. Tras esto, sorprende a los presentes cogiendo una libreta y leyendo algunos de sus versos:
«Que ya nos han contado el cuento
y ya nos han nombrado reinas,
que ya nos han besao’ la mano
y ya nos han pagao’ la cuenta.
Y dice el cuento y la leyenda
que ya no hay torre y ya no hay hiedra.
Que las veréis armando guerra,
pedaleando en bicicleta,
de pino puentes y volteretas,
de curro siempre hasta las cejas
irán de chándal o de chaqueta,
serán de números o de letras.
Porque son libres, sin fronteras.
No como la vuelta a casa de cenicienta en calabaza.
No como quien apura el paso de madrugada…»
Sofía Ellar
La siguiente canción es Sin avisar, tras la cual llega la más esperada de la tarde: Cancha y gasolina, su último tema que vio la luz un día antes. Se trata de una canción muy especial al considerarse un mantra para combatir la ansiedad y superar las adversidades. Porque, como ella canta: «nos quedan las canciones, los acordes y mil millas de llegadas y salidas, dale cancha y gasolina«. Tras esta canción motivadora idónea para ser cantada a pleno pulmón en el coche, Sofía salió del escenario. Al grito de «otra, otra, otra», volvió para terminar con Mundos, Amor de anticuario y Bañarnos en vaqueros.
Una hora y media de concierto que no duró más de 10 minutos para los fans de Sofía Ellar terminó con una foto captada desde el escenario y muy buen sabor de boca. Con él el público abandona ordenadamente la plaza con muchas ganas de cancha y gasolina y lo que venga después. Sofía, esa niña cansada de oficinas, ojalá que tu vida siga de gira por siempre y jamás.
