El cantautor granadino Agustín «de los Ángeles» presenta Hijos de la Ruina, un trabajo discográfico compuesto por seis temas al ritmo del pop-rock.
José Agustín Rodríguez Ampudia afirma que «aún me queda algo por decir», lo que supone toda una declaración de intenciones. Quizás su nombre completo pueda resultar desconocido pero si se dice, como en su Granada natal, que es Agustín «el de los Ángeles» todo cambia. Es historia viva de la música española, padre del pop patrio y referente eternamente señalado por bandas como Lori Meyers o Niños Mutantes.
Méritos suficientes para poder vivir de un eterno revival o de revisiones de una discografía totalmente necesaria para cualquier melómano. Agustín apostó, hace menos de cinco años, por presentarse al gran público como El Patriarca. Un pseudónimo que sin duda le viene como anillo al dedo por todo lo que representa. Una nueva vida marcada por todas las influencias de una hoja de ruta a la que todavía le quedan muchas paradas.
En medio de la pandemia decidió echarle horas al motor de su vida, la música, y publicar Hijos de la ruina un trabajo de seis temas con un hilo conductor a medio camino entre el amor y la conciencia social. El artista pretende que el disco se convierta en un homenaje a todos esos artistas que tan mal lo están pasando estos días sin apenas ingresos. Pero se trata igualmente de un compendio de sensaciones y sentimientos que golpean directamente al corazón.
Estribillos y ritmos perfectos de pop-rock eterno como el single que avanza, Nada es para siempre o Silencio dos canciones que podría formar parte del repertorio de Los Ángeles sin desentonar con todos sus éxitos. Sin embargo, El Patriarca tiene impronta propia y en ella cabe el blues, los aires aflamencados o un spoken word contemporáneo. Y es que a Agustín le queda mucho por decir.