Antonio José actuó el pasado martes en el Festival Starlite Catalana Occidente, donde dejó un trozo de su corazón a un público entregado a su música y a su persona. Es el primer concierto que el cordobés realiza tras casi dos años alejado de los escenarios.
La ya famosa Cantera de Nagüeles acogió anoche a Antonio José quién, con la luna de testigo, consiguió unificar las voces de todos los presentes en una, acompañándolo durante la actuación.
Este es el primer concierto de Antonio José tras dos años y quiso dedicarlo a todas las personas que ya no están por culpa de la pandemia y también, por supuesto, a su público fiel: “Es bonito porque me encuentro en cada una de las miradas que veo por aquí”, compartió el cantante.
Entre aplausos y coros, el cantante salió a comerse el escenario con su conocido tema Contigo, que consiguió levantar las primeras voces tímidas de los asistentes de todas las edades, que quisieron acompañar al cordobés en esta cita. A este sencillo le siguió A donde vas, creando un aura de emoción que arrancó aplausos.
Durante la noche, la cantera fue testigo de un contraste de emociones. Del más puro sentimiento al ritmo más alegre, contagiado con canciones como Me haces falta, que hizo gritar al público desde su asiento o Solo dime, con la que consiguió la ovación de los asistentes, al ritmo de un ‘Olé’ constante.
Entre su repertorio también estuvo su reciente single, Ando perdido, la cual quiso compartir de una forma muy especial e íntima, sentado al borde del escenario, más cerca de su público, que siguió el ritmo de la melodía con las palmas.
Uno de los momentos más sentimentales de la noche llegó con Antes de tiempo, la canción “más personal” que ha escrito el cantante. Tumbado sobre el escenario, Antonio José mostró más corazón y alma que nunca mientras sonaban los acordes de la canción, creando un ambiente único entre el público, que no perdía detalle del momento tan especial para él.
Con un poco más de ánimo, el cordobés dejó sin aliento al público con Deja a ese idiota, cantada por toda la cantera al ritmo de las palmas, siendo uno de los momentos más divertidos del concierto.
Tras una cálida actuación, el escenario se cubre de un telón de oscuridad con una luz íntima, dedicada al tema Tu boca, que consigue poner al público en pie. Durante unos momentos, no se escuchan instrumentos ni público, solo la voz de Antonio José, que lejos del micro, entona cada estrofa de la canción. Solo él y su voz, con la luna llena de testigo y la emoción de un público enganchado. Antonio José se arrodilla ante la ovación del público.
Para culminar la noche, Tu me obligaste sonó por todos los rincones. Antonio José y su público fueron una sola voz que se dejó guiar por la melodía dando por terminada una noche mágica. O así sería si el público en pie no hubiese pedido un tema más, a lo que el cantante no pudo resistirse. Solo con el piano, el artista se atrevió con el ya clásico Y como es él, de José Luis Perales, que dejó a los asistentes sin palabras.
“Que viva la música, la vida y el amor”
