Adrián Viéitez reunió en marzo de 2020 a algunas voces literarias en internet. Ahora es un libro: «Árboles frutales» de Editorial Dieci6
2021 amenaza con ser un empacho de libros consistentes en coger un montón de lánguidos pies de foto escritos en el confinamiento que algún listillo encuaderna y vende. Pero Adrián Viéitez ha hecho algo radicalmente diferente para Editorial Dieci6 con “Árboles frutales”.
En marzo de 2020, en medio de la incertidumbre y el ahogo, estaba ocurriendo algo: Adrián propuso a algunos de sus amigos (muchos son grandes promesas de la literatura española) escribir cartas sin destinatario. Se abrió un diálogo rebosante de elementos propios y compartidos, a través de la plataforma Medium, en el que cada día desde el 22 de marzo hasta el 30 abril alguien aportaba algo. Un año después se ha convertido en libro.
Cartas (ahora sí) con destinatario
Ahora estas 40 cartas sí llegan a destinatarios a través de los buzones, rodeadas de marcapáginas y ramitas de lavanda seca (en Editorial Dieci6 cuidan al máximo los envíos). De hecho, trae añadida una carta de los editores: “Que un compendio, reuniendo varias cartas no enviadas, publicadas digitalmente durante el confinamiento, sea nuestro primer libro de 2021, es un acto de fe”. “Árboles frutales” es un acto de fe.
La idea del libro fue de Adrián Viéitez, que escribe para Zenda Libros. Su intención no era recopilar diferentes voces a modo de pastiche, sino establecer un diálogo, un hilo conductor guiado por voces jóvenes. Estas voces, de la misma generación, hablan desde un punto en común: “estoy hecho a escribir con la vida, no en contra de ella”, dice Rosa Berbel en palabras de Juan Gallego Benot. Se habla sobre relaciones familiares en internet, las limitaciones de la pantalla, sobre cómo la felicidad “pesa e imanta los zapatos”, arrancarse las uñas, las crisis, sobre asociarse para hacer política y la importancia de “la dependencia, el amor y las naranjas”.
Autores e ilustradora
En este libro no solo hay figuras públicas que ya han encontrado un hueco en el mundo literario, como Elisabeth Duval, Luna Miguel o Vicente Monroy, sino también otros autores de los que apenas salen resultados en Google. Resulta muy positivo haberlos puesto juntos y hacerlos hecho interactuar, como contaba Adrián para infoLibre, aún más en un momento de bloqueo tan grande como fue el confinamiento. Quiso de esta forma ayudar a acabar con el taponamiento, dar aire y amplitud. Haber elegido el género epistolar hace que los textos sean mucho más espaciosos, como poner un espejo delante de una ventana. Cabe una respuesta, otra historia, que se adivina a través de ellos mismos.
Las cartas están ilustradas con dibujos de Paula Viéitez: pájaros de papel, hojas, labios, una pipa, un cordero o dos personas bailando. Ha conseguido que el libro sea aún más compartido, más común.
Cartas, semillas, papel y árboles
“Árboles frutales” cumple con su cometido: “un árbol frutal es cualquier árbol productor de frutas, cuyas estructuras formadas por el óvulo maduro de una flor, contiene una o más semillas”. Cartas, semillas, papel y árboles. De eso se trata.
