María Reig es una escritora y periodista de 29 años que, a pesar de su breve trayectoria literaria, se ha convertido en una de las voces destacadas de la novela histórica. En 2017, Reig lanzó una campaña de crowdfunding para publicar su primera novela, consiguiendo lo necesario en apenas 24 horas. El gran apoyo que recibió el proyecto le sirvió para llegar a los oídos de la editorial Suma de Letras, que se encargó de publicar la novela bajo su sello. En 2020 salió a la luz Una promesa de juventud, su segunda novela, que también se ha convertido en un éxito de ventas como su predecesora.
PREGUNTA (P). ¿Cómo y cuándo surgió tu vocación por la literatura?
RESPUESTA (R). Ya desde muy pequeña me gustaba leer y escribir, pero eran siempre relatos cortos. El momento de cambio se produjo a los 12 años, cuando pensé por primera vez en canalizar las ideas que tenía a través de una novela. A partir de ahí empecé a escribir historias cada vez más largas y complejas durante los meses de verano.
P. ¿Crees que la formación en Periodismo ha influido en la forma de redactar tus novelas?
R. Por supuesto. La carrera me supuso hacer un ejercicio de autocontrol constante en cuanto a los recursos estilísticos y la extensión de mis escritos. La comunicación en Periodismo tiene que ser muy directa, con un lenguaje neutral para que el receptor comprenda rápidamente. Este aprendizaje me ha servido de cara a las novelas porque, aunque evidentemente tienes más espacio para recrearte en ciertas descripciones o reflexiones, cuando tienes que contar determinados sucesos históricos es necesario ser directo y no irse por las ramas.
P. Tu primera novela, Papel y Tinta, se publicó gracias a una campaña de crowdfunding. ¿Qué factores te llevaron a optar por esta fórmula de autoedición?
R. Fue una cadena de acontecimientos la que me llevó a ello. Al principio me planteé la publicación por vía tradicional y presenté una propuesta editorial, pero no tuvo éxito. La alternativa por la que me decanté fue la autopublicación en Amazon. Sin embargo, eso significaba que todos los servicios que me ofrecía una editorial de autoedición tendría que desarrollarlos yo con un plan de marketing y para ello necesitaba financiación. En ese momento no tenía grandes ahorros y, ya que en la carrera había descubierto las campañas de micromecenazgo, me planteé desarrollar una. Al final resultó ser una buena carta de presentación que me permitió llegar a mi editorial, Suma de Letras.
P. En la actualidad, en el mercado editorial está proliferando el concepto de autopublicación frente a la edición tradicional de años atrás. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
R. Creo que es un arma de doble filo. Por una parte, es más fácil publicar y ser leído. Antes, o te publicaba una editorial o tu manuscrito no tenía salida. Ahora, gracias a Internet, existen muchas más posibilidades de diferenciarte a través de los blogs, los crowdfundings, las redes sociales… y llegar así a las editoriales. Por otra parte, esto hace que muchas veces el autor esté obligado a demostrar su rentabilidad antes de que alguien apueste por él y por su obra.
P. Son muchos los que vaticinan que el fin de la literatura en papel es inminente. ¿Estás de acuerdo?
R. Es algo que se lleva diciendo muchos años, pero cuando preguntas a la gente ves que prefieren los libros físicos, en gran parte por el enorme esfuerzo de edición y maquetación que se pone en estos y que los convierte en verdaderas obras de arte.
P. ¿Crees que la lectura puede ser sustituida por las películas o series, siguiendo la tendencia actual?
R. La lectura es una actividad tan única que no se puede sustituir por ninguna otra. El formato audiovisual aporta cosas muy enriquecedoras, pero distintas a las que nos proporciona leer un libro. Ambas experiencias son tan difícilmente sustituibles que estoy segura de que el leer siempre va a tener su espacio en la vida del ser humano.
P. ¿Qué es lo mejor que te ha aportado el mundo de la literatura?
R. La relación con mis lectores. Lo mejor de mi profesión es recibir sus mensajes y tener la oportunidad de conocerlos en persona, como durante los Paseos por Madrid. Sentir el cariño de una persona que no te conoce pero está conectada a ti a través de la novela es muy especial.
P. ¿Cómo surgió la idea de estos Paseos por Madrid?
R. La idea surgió con el crowdfunding como una recompensa para los mecenas. Se trataba de hacer un recorrido por los lugares de Madrid que aparecían en la novela. Tras hacer dos rutas, vi que se podía exportar a los lectores y organicé otras cinco con ellos hasta que la pandemia nos obligó a suspenderlas. Es una experiencia increíble que permite conocerlos mejor y opinar conjuntamente sobre la novela. Me gustó tanto que a raíz de esto hicimos el reportaje “Descubriendo el Madrid de Papel y Tinta” , disponible en el canal de YouTube de la editorial, como una nueva forma de retomar estos paseos hasta que las circunstancias nos permitan volver de forma presencial.
P. Tus novelas tienen un importante contenido histórico que requiere de una gran documentación por tu parte. ¿Fue esta recabación de información un proceso costoso?
R. Si sumo todas las horas de documentación, estoy segura de que superan con creces a las de escritura. Es verdad que esta es una de las partes más tediosas del proceso, pero la disfruto muchísimo. Siempre construyo a partir de la documentación para ganar coherencia sobre los personajes y cómo se desarrollan. Al final, lo que busco es conseguir que el lector viaje a otra época y para lograrlo es imprescindible conseguir la mayor rigurosidad posible en las descripciones.
P. ¿Cuáles son las fuentes de información a las que recurres para ambientarte?
R. Principalmente me baso en los libros históricos y las fotografías. También consulto la hemeroteca para conocer la actualidad, los anuncios o las tendencias imperantes en moda. En el caso de Una promesa de juventud, además, contacté con colegios que estuvieron en funcionamiento en la Segunda Guerra Mundial y con gente suiza para chequear cuestiones de la cultura. Por último, los mapas antiguos son clave a la hora de ambientarte en una ciudad porque lo que vemos hoy en día no se corresponde a cómo era en aquel entonces.
P. La idea de tu segunda novela, Una promesa de juventud, en realidad surgió antes que la de Papel y Tinta. ¿Por qué decidiste reservarla?
R. Porque la idea era muy básica y me costó un tiempo ver que podía ser una novela histórica. Después de terminar Papel y Tinta, rescaté esta idea y me puse a reflexionar sobre en qué contexto histórico podía encajar. A partir de ahí indagué sobre la historia de Suiza en la Segunda Guerra Mundial y todo empezó a cobrar forma.
P. Por último, ¿qué le dirías a un autor novel?
R. Que cuide mucho el manuscrito y se asegure de que está dando lo mejor de sí. Tampoco tiene que pensar que ha terminado cuando acaba de escribir; hay que aplicar la creatividad para diferenciarse como escritor y lograr la publicación. Yo misma me basé en estos dos principios y así, paso a paso, todo se consigue.
