El segundo volumen de la serie, El Reino de las Olas, ya se encuentra disponible gracias a Ediciones La Cúpula
Habíamos dejado a Pepino en apuros en su camino al Reino de las Olas, con el barco en el que viajaban naufragado por un temible monstruo marino que había secuestrado a su hermana Almendra. Los conejitos protagonistas, creados por Gigi D. G., se embarcaron con entusiasmo desigual en una aventura para salvar al Reino de la Rosquilla.
Cuando parecían empezar a asentarse las dinámicas del grupo integrado por los dos hermanos y el caballero Sir Zanahorio, el ataque del monstruo establecía un cliffhanger que nos dejaba con el alma en vilo, tras el que vamos a conocer nuevos lugares y nuevos personajes, mientras Pepino y Almendra aprenden a desenvolverse el uno sin el otro.
Gigi D. G. sigue jugando con tropos de aventura y fantasía renovados con un estilo fresco y genuinamente divertido, que entronca con algunos de los títulos que se han convertido en clásicos instantáneos de la animación. No obstante, Pepino, héroe de leyenda demuestra en este segundo volumen que es capaz de trascender comparaciones para crear un universo propio sólido y consistente.
Además de una propuesta excelente para lectores jóvenes, Pepino es un bálsamo de humor y color que todavía tiene mucho músculo que lucir en el ecuador de la saga. Personajes como la Princesa Nautilus, el Jefe Salpicazo o los cangrejos del balneario se convierten rápidamente en familiares dentro de un lore tan sencillo como amplio, del que nos queda mucho por conocer.
Como ya ocurría en El Reino de la Rosquilla, este segundo tomo incluye algunos extras, como son historias cortas, encuentros Q&A con los personajes, bocetos, curiosidades y fichas, que ayudan a estirar un poco más nuestra estancia en Onirolandia, porque inevitablemente nos quedamos con ganas de más.