Reseñamos «Mi experiencia lesbiana con la soledad», el manga autobiográfico de Kabi Nagata que ha publicado Fandogamia
La trayectoria reciente de Fandogamia está repleta de sorpresas, saltos cualitativos y una vocación intensa por la formación de lectores todoterreno, capaces de disfrutar con un buen cómic independientemente de su estilo, género o procedencia. Mi experiencia lesbiana con la soledad, uno de los títulos más recientes que la editorial puso a la venta en primicia en la pasada edición de la Japan Weekend (los días 10 y 11 de febrero), resume a la perfección esta intención.
Lo primero que debe destacarse de Mi experiencia lesbiana con la soledad es que se trata de un josei (una etiqueta demográfica empleada en Japón para los cómics dirigidos a un público femenino adulto) autobiográfico en el que su autora, Kabi Nagata, relata su historia reciente, reflexionando sobre su depresión y sobre su identidad sexual y la manera en que todo ello ha influido en su propia personalidad.
Uno de sus principales logros ha sido la capacidad de Kabi Nagata para hacer de esta historia personal, dura y compleja un relato positivo, de autoaprendizaje y esperanzador a la par que realista. A lo largo de las páginas de Mi experiencia lesbiana con la soledad, Nagata dibuja con habilidad un panorama sobre dos temas delicados: la enfermedad mental, que suele ser un tema tabú por excelencia, y la homosexualidad.
Uno de los aspectos más destacados de esta obra es su naturalidad. Nagata habla sin tapujos, contando abiertamente su experiencia tras una década padeciendo depresión. A través de un vocabulario sencillo, introduce reflexiones muy complejas sobre el funcionamiento de la mente humana, en algunos puntos a caballo entre la psicología y la filosofía. Su forma de afrontar el relato consiste en sincerarse, exponiendo con honestidad sus peores momentos, sus actitudes, sus temores y sus progresos.
En este sentido, Nagata no oculta sus horas más bajas. Es probable que Mi experiencia lesbiana con la soledad no contenga absolutamente todos los hechos que Nagata vivió a lo largo de esos diez años largos de depresión severa (algo que, por otro lado, tampoco es necesario ni exigible), pero sí es una aproximación fidedigna al proceso de recuperación, recaídas, aceptación y sufrimiento.
Todo ello se complementa con un dibujo de gran sencillez que se caracteriza por un diseño de personajes con una estética próxima al kawaii, simplificados y adorables, y unos fondos reducidos a la mínima expresión, únicamente presentes cuando es estrictamente necesario. A ello debe sumarse el coloreado, para el que se emplea únicamente una tonalidad de rosa que se aplica para resaltar detalles y expresiones (tanto por oposición como por contraste), así como para matizar algunos espacios o diferenciar a algunas representaciones de la propia Nagata.
De este modo, en Mi experiencia lesbiana con la soledad se conjuga una obra gráficamente muy interesante y una historia de la máxima relevancia, una lección de vida sobre autoaceptación y superación personal, que además constituye una exposición de la depresión de manera tan brillante como demoledora. Mi experiencia lesbiana con la soledad es, en definitiva, una obra necesaria, que plantea con franqueza y sin amargura un tema tan delicado e infrarrepresentado como es la depresión.
Por cierto, que el pasado #fiércoles (evento en Twitter en el que la editorial hace anuncios de novedades) del 14 de febrero, Fandogamia anunció que publicará la historia que sirve de continuación a Mi experiencia lesbiana con la soledad, una obra de dos volúmenes de la que todavía no ha trascendido título en castellano ni fecha de lanzamiento. Habrá que seguir muy atentos.
