Reseñamos La última tentación, el cómic que unió al prestigioso guionista y escritor Neil Gaiman con el incombustible rockero Alice Cooper, y que ahora reedita Planeta en una edición llena de extras
Corría el año 1992 cuando Neil Gaiman recibió una llamada de una discográfica norteamericana, solicitando sus servicios para participar en el desarrollo de un álbum conceptual. El músico que se embarcaba en semejante aventura no era otro que Alice Cooper.
Durante la década de los ochenta, Alice Cooper había pasado por horas bajas, con la excepción del lanzamiento de Trash en 1989, disco que contenía el tema Poison. Sin embargo, a pesar del éxito de la canción, Cooper no se encontraba en su mejor momento artístico y no contaba con el favor de la crítica, así que se embarcó en un nuevo proyecto creativo: la realización de un álbum conceptual que le devolviese la gloria de álbumes pasados, como Welcome to my nightmare (1975), su primer disco en solitario.
A través de su discográfica, Alice Cooper contactó con Neil Gaiman, que por aquel entonces estaba guionizando con considerable éxito The Sandman, una de las obras cumbres del cómic de las últimas décadas, para que participase en el desarrollo del concepto que articularía el disco. Este trabajo culminaría con The Last Temptation, lanzado en 1994 junto a la primera entrega del cómic, con canciones como Lost in America o You’re my temptation. El disco fue todo un éxito, llegando a considerarse su mejor álbum en años.
Nacido de la sinergia de dos personalidades creativas tan afines, el resultado es una historia oscura, con una narrativa sencilla pero no por ello menos interesante. Steven es un adolescente que en la noche de Halloween es invitado a formar parte de un misterioso teatro, en el que el tiempo pasa a una velocidad mucho mayor que en el exterior. Se trata de un grand guignol, que cuenta como maestro de ceremonias al Histrión, un misterioso personaje encarnado por Alice Cooper.
Steven debe enfrentarse al Histrión, quien le ofrece resguardarse en la seguridad del teatro y no tener que crecer. En una retorcida vuelta de tuerca sobre el mito de Peter Pan, el Histrión rebusca entre los más oscuros deseos de Steven para ofrecerle algo que le haga quedarse, un regalo a cambio de su vida.
Michael Zulli, dibujante y colorista, logra crear una atmósfera otoñal e inquietante, captando con maestría la magia del grand guignol y el porte amenazador, seductor y oscuro del Histrión/Alice Cooper. Además, Zulli nos regala algunas viñetas (especialmente, las grandes viñetas a doble página, pero también infinidad de detalles) de una potencia visual y una calidad artística espectacular, hasta el punto que una de ellas sirvió como telón de fondo en la gira de presentación del disco.
La edición ha sido diseñada, sin duda, con el objetivo de convertirla en la edición definitiva de un cómic de culto. Además del cómic propiamente dicho, cuenta con un diseño interior que reincide y potencia algunas de las viñetas más poderosas, e incluye una serie de contenidos muy interesantes. En primer lugar, una introducción realizada por Neil Gaiman, que constituye prácticamente una historia en sí misma. Y, después de la historia, se reproduce la primera misiva de Gaiman a Alice Cooper, con algunas propuestas para la historia, el primer esbozo que Gaiman realizó (algo reiterativo, ya que coincide prácticamente con la propuesta que le envió a Alice Cooper) y el guion de la primera entrega, mecanografiado e incluyendo también algunas páginas dibujadas y entintadas. Por último, pero no menos importante, la edición concluye con una galería de las maravillosas portadas realizadas por Dave McKean.
Los fans de Neil Gaiman encontrarán en estas páginas una muestra de su genio creativo, que si bien no se desarrolla en todo su esplendor, tiene el regusto inconfundible de su autor. Los fans de Alice Cooper encontrarán el hilo conductor de The Last Temptation, y una lectura perfecta para acompañar con el disco.
