Artículo que desnuda el yo artístico del malogrado artista procedente de Albacete
José Luis Cuerda nos dejó en el día de ayer a los 72 años de edad. Por tanto, el Séptimo Arte está de luto, despidiendo a una de las mayores glorias del Cine español.
El artista manchego está siendo recordado en diversos medios de comunicación por haber sido el autor de Amanece que no es poco.
Su marcada tendencia filosófica le ha permitido tocar lo pasional combinando el futuro utópico sofisticado con el tufo arcaico con el que siempre hemos etiquetado la España rural.
Sin embargo, la mayoría de los cinéfilos noveles que hemos comenzado a aficionarnos por la historia de este Arte recordaremos a José Luis por dos principales producciones: La lengua de las Mariposas y Los girasoles ciegos.
Narran el yang de nuestra Historia de España más reciente con diferentes tonalidades usando la Educación como el principal trato de las miserias.
No dudó en ambientar a una Galicia que tiritaba de miseria y tambaleaba su resiliencia en tiempos de horror y venganza. Para ello, optó por un actor que estaba cerca de cerrar un círculo en La lengua de las Mariposas como es Fernando Fernán Gómez y otro que cogía la M-30 hacia el éxito: Raúl Arévalo.
La primera de las películas fue estrenada en 1999 y narraba como la pedagogía renacida en la Institución Libre de Enseñanza sacaba la amabilidad de una polémica II República. Quedó claro como la edad no es sinónimo de enseñar utilizando el amor por las personas y por la cultura.
La segunda producción dejaba muestras claras del putrefacto pasado dictatorial en nombre de un Dios inventado por unos ruines diablos vestidos de santos.
Fuente: @cuerda1936
Sin duda, marcó un salto de calidad en la actriz Maribel Verdú. La española tuvo que acostumbrarse una vez más a ser la «mujer modélica» de una España ficticia en su producción, pero real en su putrefacción.
Ambos títulos contenían una trama totalmente predecible, pero que no alteraba los estados de emoción e incertidumbre experimentados por el espectador.
La musicalidad ambiental combinada con la excelente dramatización del reparto de profesionales artísticos han permitido que el cine del señor Cuerda ostente una mayor envergadura.
En definitiva, podemos considerar que él ha sabido darle a la Guerra Civil un sentido artístico sobresaliente. Su impronta permanecerá inmortal para futuras generaciones.
