La catalana Paula Ribó, conocida artísticamente como Rigoberta Bandini es una de las referentes actuales del panorama musical nacional. Fue evidente su trascendencia el pasado 18 de diciembre cuando volvió a llenar el Wizink Center de Madrid en el que sería uno de sus últimos conciertos antes de su retirada temporal de la música.
Elige como teloneras al grupo Ginebras, una forma idónea de calentar motores para la experiencia divina que viene después. Magüi, Sandra, Raquel y Juls lo dan todo durante media hora mientras se va completando el aforo. Cantan temas como Alex Turner, Ansiedad, Desastre de persona, finalizando con La típica canción, que desata al público. Ellas quedan asombradas porque la gente se sabe y disfruta sus letras y agradecen sinceramente a los asistentes y a Rigoberta Bandini por permitirles abrir este Wizink de una manera tan rompedora. Un palacio de deportes que acoge la celebración de un concierto tras la victoria mundial de fútbol argentina. Por esta razón abundan las camisetas de Argentina entre los atuendos de los asistentes.
Entra después de ellas, con más de 16.000 personas entre la pista y las gradas esperándola, Rigoberta Bandini, saludando y cantando In Spain we call it soledad, himno para todo aquel que sigue su discografía. Convierte este concierto de la gira Rigotour en un evento de fortaleza y empoderamiento. Interpreta temas míticos como Ay mamá, Fiesta, Canciones de amor a ti, Julio Iglesias o Perra.
Comparte escenario con su pareja, el cómico Esteban Navarro, con Juan Barenys, Alizz, el Joven Coro de Madrid, y bailarines. Se comenta entre el público la ausencia de la prima de Ribó, Belén Barenys, quien no suele faltar a ninguno de sus conciertos pero actualmente está en la recta final de su embarazo.
La artista conversa con los asistentes y lee algunos de los carteles que sus fans sostienen, como por ejemplo «De Mallorca a Madrid para ver a mi Emperatriz». Uno de los momentos más emotivos tiene lugar cuando sube a una niña de diez años llamada Sara al escenario para abrazarla y recibir un regalo que le tenía preparado. Otro momento muy especial es la fusión de las voces del público cantando con una base de piano Too many drugs.
Hace también un popurrí de canciones de amor típicas como Bailar pegados o Eres tú. Sorprende cantando la introducción de la serie infantil Caillou a modo de nana. Y con «ese espíritu bien arriba y las drogas donde queráis», introduce la última canción de la noche: Too many drugs.
