La semifinal ha sido retransmitida en La 2 por Julia Varela, Víctor Escudero y Tony Aguilar. En directo presentada por Bar Refaeli, Erez Tal, Assi Azar y Lucy Ayoub. Hemos disfrutado de diversidad, color, efectos, buenas voces, y sobre todo sorpresas
Vayamos por partes, la gala se ha iniciado recreando la infancia de Netta, marcada por el bullying y un objetivo claro: cumplir su sueño. Ha culminado con su actuación donde ella salía de un gato enorme cantando, con luces y su común base electrónica. Este año Israel ha querido mostrar la ruptura de tópicos, y es de remarcar que los bailarines de fuesen hombres con tacones.
Chipre
¿Pasó a la final? Sí. Tamta emula a Elena Foureira con su Fuego, ella en el centro con bailarines alrededor, y una melodía muy parecida. Al igual que el vestuario, cambiando los rojos por platas.
Montenegro
¿Pasó a la final? No. Heaven presentó un toque muy balcánico con en escena angelical. Los problemas de afinación han sido constantes durante toda la actuación, y esa ha sido su “mano negra”.
Finlandia
¿Pasó a la final? No. El BDM, el mar y la naturaleza que recreaban un mensaje empoderado merecía pasar a la final. Además, el efecto de la bailarina en el agua era un 10.
Polonia
¿Pasó a la final? No. Tulia ha apostado por lo típico. Pero el efecto chillado y los tonos musicales tan agudos no han tenido el resultado esperado.
Eslovenia
¿Pasó a la final? Sí. El dúo, Zala Kralj y Gasper Santl, más intimista de la noche bañados por la luz azul turquesa y recreando la galaxia. La cercanía entre ellos ha conquistado al público.
República Checa
¿Pasó a la final? Sí. Albert Cerny, el Bruno Mars checo con el juego de pantallas y colores ha conseguido hacerse su lugar en Eurovisión
Hungría
¿Pasó a la final? No. El dulce, melancólico y sentido Joci Papái ha conquistado los corazones. Aunque quizás, sí era una actuación sosa.
Bielorrusia
¿Pasó a la final? Sí. Zena es pop; cromas que se mueven, luces de colores, fuego, baile. Las nuevas generaciones pisando fuerte pues esta cantante tiene tan solo 16 años.
Serbia
¿Pasó a la final? Sí. Nevena Bozovic sola en el escenario se lo ha comido por completo. Mucha intensidad durante toda la actuación la han hecho ver empoderada: efecto de agua con las manos, la galaxia, o el humo amarillo que la envolvía.
Bélgica
¿Pasó a la final? No. Elliot acompañado de timbales, ha dejado que desear, ha sido una actuación sencilla, sin nada que resaltar.
Georgia
¿Pasó a la final? No. Oto Nemsadze, y su estilo caucásico, guerrero, y oscuro, propio del mismísimo Juego de Tronos, ha aterrado más al público de lo que le ha alegrado.
Australia
¿Pasó a la final? Sí. Kate Miller encima del mundo es la mismísima estatua de la libertad. Solo una palabra BESTIAL.
Islandia
¿Pasó a la final? Sí. Hatari ha sido una auténtica sorpresa de bondage y dominación, con una caracterización muy Lady Gaga.
Estonia
¿Pasó a la final? Sí. Victor Crone es un señor eurovisivo, cantando con fuerza y con una buena puesta en escena. ¿Cómo para pasar? A mi parecer, no.
Portugal
¿Pasó a la final? No. Diego Miranda y su estilo oriental hablando de teléfonos y una multitud de recursos que no ha sabido cuadrar, no han conseguido pasar.
Grecia
¿Pasó a la final? Sí. Katerine Duska es la imagen de la Grecia antigua que tanto nos gusta, nos apasiona, y nos hace soñar. Sin duda, las aves fénix que ha llevado con ella la han hecho renacer.
San Marino
¿Pasó a la final? Sí. Serhat, una actuación sencilla y ochentera. Para mi, uno de los errores de esta edición de Eurovisión. Era repetitiva, y en la gala la han pasado por delante muchas.
La gala se ha cerrado con la actuación de Dana International con un canción sobre amor sin límites, por encima de razas o color de piel. Está claro que Israel utilizará sus acciones en el Festival para renovar la imagen del país hacía en mundo.
¿Qué nos deparará Tel Aviv el próximo 16?