Efecto Mariposa vuelve a los escenarios en un formato íntimo

La pandemia nos está enseñando que también se pueden hacer conciertos por la mañana. Eso hicieron Efecto Mariposa el pasado 28 de marzo en el teatro Muñoz Seca de Madrid.

Al ser un teatro, el ambiente era diferente, más íntimo. Como bien dijo Juanjo Martín, pianista, con un toque de humor al final del concierto, parecía que en cualquier momento iban a recitar unos versos de Don Juan Tenorio.

Unos diez minutos más tarde de la una de la tarde, el grupo Efecto Mariposa salía al escenario. Antes de empezar a cantar, Susana Alva, vocalista del grupo; quiso dedicar unas palabras al público, agradeciéndoles apostar por la cultura en estos tiempos tan difíciles. “La cultura es segura, ¡dios mío!”, decía la cantante.

La primera canción en sonar fue 1994, incluída en 40:04, el álbum que Efecto Mariposa sacó en 2009. Tras ella llegó Ahora, parte del disco que el grupo sacó en 2014. La acústica del teatro permitió que la cantante hiciera el final de la canción sin micro, regalando al público un gran momento. Volviendo a 40:04, el grupo interpretó Querencia.

Entre canción y canción había algunos momentos de humor como cuando fueron a cantar Si tú quisieras, uno de sus mayores éxitos. Cantaron la primera frase pero Susana paró y dijo “¿no creéis que la hemos empezado un poco lenta?”, y volvieron a empezar. Al ser un formato acústico, bromeaban con hacer demasiado lentas las canciones.

Además de cantar, hubo varios momentos en los que los artistas dijeron algunas palabras y anécdotas al público. La última vez que el grupo se subió a un escenario fue el pasado diciembre en Málaga. Por eso, no había duda de lo contentos que estaban al poder volver a tocar después de tanto tiempo. “No hemos estado tanto tiempo sin tocar desde que fui madre”, contaba Susana.

Tras este momento, la cantante cogió la guitarra y presentó La Última Cena. Una canción que ella misma definió como una crítica hacia la monotonía. Después llegó el turno de Complejidad, el tema que da nombre al cuarto álbum del grupo (2006).

Llegó el momento más emocionante del concierto. “Como no podemos bajar, nos vamos a quitar el micro y cantamos todos juntos”, decía el grupo antes de cantar Proezas y Diez Minutos de la forma más cercana e íntima junto al público.

Las siguientes canciones en sonar en el teatro madrileño fueron Jóvenes Para Siempre y Nunca. Después cantaron Mágico, una de las canciones de su último disco, Vuela, que sacaron en 2018. Además, dijeron que dedicaban ese último tema a toda la gente que les apoya desde el principio.

Llegando al final del show, sonaron algunos de los grandes éxitos de Efecto Mariposa. Qué Me Está Pasando y Por Quererte fueron cantadas a coro por todo el público.

Aunque eran solo cuatro personas, vocalista, pianista, guitarrista y bajista; contaban con una gran variedad de instrumentos. Sin embargo, lo que más llamaba la atención era un pequeño megáfono que había en el escenario. Todo cobró sentido cuando Susana, vocalista de Efecto Mariposa, cantó el final de Ruido a través del megáfono.

El final del concierto se acercaba cuando Frasco Ridgway, bajista del grupo, gritó “¡Que estamos de estreno!”, refiriéndose al single que sacaron tan solo dos días antes del concierto. Mi Parte Emocional es el adelanto del nuevo trabajo del grupo, con el que empezarán una nueva etapa.

Tras este estreno, el grupo se despidió y salió del escenario. Sin embargo, como es habitual en la mayoría de los conciertos, el público no quería que acabase y corearon “otra, otra”. Efecto Mariposa volvió a salir y cantaron Vuela.

Antes de cantar la última canción del show, el grupo volvió a dar las gracias a su público, expresando lo afortunados que se sienten de poder dar un concierto en los tiempos que corren. Alguien en el público quiso responder a esto y gritó lo que todos los presentes pensábamos, “¡Viva la música!”.

El concierto acabó con No Me Crees, una de las canciones más escuchadas del grupo. Tras ella, volvieron a dar las gracias a todo el mundo por estar allí, a lo que el público respondió con una gran ovación.

No sé si será por el formato, el hecho de ser en un teatro o la cercanía del propio grupo con su público pero sin duda el concierto se sintió diferente. No es lo mismo un concierto en un teatro junto a cien personas, que en un estadio frente a diez mil personas. Lo cierto es que ambos formatos son especiales, cada uno a su manera.