‘Ventajas de viajar en tren’, ópera prima de Aritz Moreno, presentada en el último Festival de Sitges, llegará a nuestros cines el viernes ocho de noviembre.
‘Ventajas de viajar en tren‘ está basada una breve e inclasificable novela de Antonio Orejudo. Su mezcla de géneros, sus momentos de locura, y su atmósfera bizarra la hacían prácticamente inadaptable al cine. O eso parecía hasta que Aritz Moreno, director vasco que debuta con esta obra, se presentó en el Festival de Sitges para proyectarla por primera vez.
Todo lo que rodea a la película es curioso: desde el reparto (plagado de nombres conocidos y contrastados que interpretan a personajes cada cual más loco), hasta la dificultad de que un director debutante sea capaz de darle tanto estilo y personalidad a una ópera prima.
Ventajas de viajar en tren nos cuenta varias historias (unas más largas que otras, unas más acertadas que otras), a priori independientes, pero que terminan juntándose de alguna manera. Pilar Castro es Helga Pato, una mujer que acaba de internar a su marido en un centro psiquiátrico. En el tren de vuelta a Madrid, conoce a Ángel Sanagustín (un genial Ernesto Alterio), médico del mismo centro que insiste en contarle a Helga algunas historias sobre sus pacientes para ‘amenizar’ el largo viaje a la capital. Este planteamiento, a priori simple, da inicio a una sucesión de casos, a cada cual más alocado, que se suceden durante todo el metraje.
La narración consigue encontrar nuevas formas de enrevesarse según avanza, en una sucesión de historias dentro de historias que prácticamente llega al máximo (encontramos hasta cinco flashbacks encadenados uno dentro del otro). Esto, sumado al eslogan de la película (‘la verosimilitud está sobrevalorada‘), consigue transmitir cuál va a ser el estilo general del largometraje: situaciones retorcidas, extremas, bizarras y, en algunos casos, confusas.
Moreno declaró estar satisfecho con que el público de Sitges fuera el primero en ver la película, y entendemos a qué se refería. La cinta es violenta, explícita, desagradable y escatológica. Quizá en esto, y en la presencia continua de un humor negro e irreverente, podríamos estar ante una versión exagerada de Álex de la Iglesia, un estilo que en España no es de los que vemos más a menudo y que sin duda ha influido a Aritz Moreno.
‘Ventajas de viajar en tren‘ es una ópera prima valiente y con personalidad, pero no es perfecta. Algunos tramos se hacen pesados, no todas las historias funcionan, y Moreno, tan empeñado en resultar rompedor continuamente, termina excediéndose buscando el caos y la sorpresa continua del espectador. Pese a estos fallos, el resultado final es satisfactorio, competente, y un soplo de aire fresco dentro de un cine nacional cada vez más acomodado en su monotonía.