Seguro que circulando por la red os habréis encontrado cientos de imágenes de animales completamente negros como el ébano, pero ¿qué causa esta mutación?
Bien, allá por 2019 el vídeo de un serval (Leptailurus serval) melánico se viralizó en ciertas redes sociales. Más tarde, hace un par de días, apareció lo que podría ser la continuación de ese vídeo. Aquel felino salvaje africano había sido padre de dos preciosos cachorros oscuros como la brea.
Entonces, ¿qué es el melanismo?
La melanina es el principal conjunto de sustancias que nos proporciona a los mamíferos nuestro color. Al producirse un exceso de este pigmento, el tono del pelaje, plumas, en definitiva, lo que recubra el cuerpo del animal, se vuelve de un tono muy oscuro, cubriendo casi por completo cualquier patrón que tuviera originalmente.
Aunque esto varía de una especie a otra, lo normal es que el melanismo sea recesivo, en pocas palabras, que la coloración común de la especie sea la que domine. Ahora bien, en ciertos individuos, el gen que está «encargado» de distribuir la melanina por el cuerpo posee una mutación que hace que se acumule este conjunto de sustancias. Este gen es llamado ASIP y, como los humanos, los servales tienen dos copias.
¿Cómo surge un individuo melánico?
Conociendo esta teoría básica podemos pasar a explicar cómo surge un individuo como el serval del vídeo.
Para que en un individuo domine el melanismo, es necesario que, o bien ambas copias de ese gen (ASIP) sean versiones con la mutación que produce melanismo, o bien que la copia dominante posea la mutación. Para el serval es necesario que ambas copias posean la anomalía, ya que en esta especie, el melanismo no se manifiesta de manera dominante.
En el caso de nuestros protagonistas, la pareja de servales, podemos decir que el padre lleva ambas copias del gen con melanismo, por lo que todos sus hijos llevarán como mínimo una copia de este. Sin embargo, como su madre no es melánica, sabemos que al menos uno de sus genes no porta la mutación.
En conclusión y recopilando lo que hemos mencionado anteriormente, sabemos que la madre de los pequeños porta una copia del gen «común» y otra con la mutación, esto, agregado a que su padre posee ambas copias con la mutación, hace que sus hijos tengan un 50% de probabilidades de que sean melánicos, siendo los de coloración «normal» portadores del gen.
Por suerte o por desgracia
Después de esta clase de genética básica podemos comprender el azar que entra en juego para que en un individuo se manifieste esta anomalía. Cabe destacar que, aunque nos resulte una suerte y sea cierto que los individuos melánicos son sumamente majestuosos, sin duda explica gran número de leyendas e historias que las civilizaciones antiguas (y no tan antiguas, haciendo referencia a la pantera de Granada) creaban en torno a especímenes así, el melanismo hace que en la mayoría de ocasiones los portadores tengan dificultades para camuflarse y sean una diana mucho más llamativa para posibles cazadores.
Y digo en la mayoría de ocasiones porque cabe la posibilidad de que el melanismo sea adaptativo o de que proteja ante algún virus, como en ciertas poblaciones de leopardos en las que se ha observado un incremento en la población de individuos melánicos tras una pandemia.
Además, en ciertas especies como lepidópteros (mariposas) entre otros, se ha observado que en zonas periurbanas con contaminación, el melanismo se ha convertido en una ventaja sobre los individuos con coloración «normal». Este fenómeno ha pasado a denominarse melanismo industrial. Es una prueba más del impacto de las sociedades modernas en la adaptación al medio urbano de los ecosistemas naturales, que, por lo que se especula, no se da solo en insectos.
