Una revolución en el mundo de la mujer que ha llegado para quedarse. Se trata de la copa menstrual. Es un recipiente que tiene forma de embudo que es colocado en el interior de la vagina de estas durante los días de la menstruación y tiene como objetivo recoger el flujo menstrual. Un gran ejemplo, la copa menstrual Meluna.
La copa menstrual tiene una gran variedad de ventajas frente a los métodos convencionales utilizados hasta entonces con el mismo fin como son los tampones o las compresas por ejemplo. Esta herramienta una vez colocado se adapta a la paredes vaginales por lo que no puede producir ningún tipo de derrame. El máximo tiempo que puede permanecer introducida en el interior de ella es de 12 horas, dependiendo también de la cantidad de flujo que esta tenga. Además, una ventaja muy importante es que se puede incluso usar por la noche, momento donde más posibilidades de manchar hay.
Estos recipientes son reutilizables, dura más de diez años, no genera desechos por lo que son ecológicas y además, no produce alergias. Pero aún así, todavía no es una de las opciones más utilizadas. Bien es cierto que en los últimos años gracias a sus beneficios por el medio ambiente ha vivido un boom.
En 1937, Leona Chalmers patento la primera famosa copa menstrual hecha de caucho vulcanizado pero está quedo en el olvido debido a la Segunda Guerra Mundial y la imposibilidad de su producción. Sería en 1987 cuando volvió agracias al colectivo de la copa The Keeper hecha de látex pero con el problema de que está producía alergia. Ahora el material más utilizado para estas es la silicona médica o elastómero termoplástico dependiendo de la marca adquirida. Estos materiales, son hipoalergénicos por lo que no existe ninguna posibilidad de alergias. Otra ventaja, que tampoco permiten la proliferación de bacterias ni ningún otro tipo de microorganismo por lo que no se pueden dar ni infecciones ni tampoco que se queden residuos dentro de la vagina como si puede ocurrir con el uso de tampones.
La copa menstrual tiene forma de campana con un saliente denominado manguillo que permite su extracción. Dependiendo del modelo pueden ser de tubo, de bola o terminado en una pequeña asa. Además hay varios tamaños uno más pequeño de aproximadamente 4,6 centímetros de largo con un volumen de 22 milímetros que están aconsejadas para las mujeres adolescentes o con poco flujo menstrual y luego también hay otra de un tamaño superior. El tamaño de esta rondaría los 5,3 centímetros y su capacidad es de 34 milímetros.
Cuando se termina el ciclo menstrual, la copa se limpia con agua y se esteriliza con agua hirviendo durante unos cuatro o seis minutos. Una vez secada se introduce en la bolsa de algodón que acompaña a las copas menstruales y se guarda hasta la próxima. La copa no se puede guardar en recipientes herméticos o de cristal ni dejar al alcance de rayos UVA debido a que puede provocar la pérdida del color del producto y duran menos años de lo estipulado. Con ellas, además de cuidar el medio ambiente estaremos ahorrando más de 120 euros al año. Una cantidad importante que viene muy bien para los bolsillos.
