Con la llegada del verano, llegan las fiestas. Un buen momento para tomarnos una copita mientras bailamos y disfrutamos sin ningún tipo de quebradero de cabeza. Pero, ¿Cuál es una de las bebidas alcohólicas más consumidas? La ginebra. Las ginebras rosas.
Los españoles han llegado a superar en el consumo de ginebra a los propios británicos. Pero, no cualquier tipo de ginebra. La ginebra rosa, una de las últimas novedades. Porque si, la ginebra también ha cambiado de color convirtiéndose en una mucha más dulce frente a la tradicional y más llamativa para la vista. Se trata de un cócteles muy románticos.
La ginebra rosa es una variante cromática del tradicional destilado de bayas de enebro. Esta se puede encontrar a día de hoy en cualquier bar o discoteca. Son más las mujeres entre 25 y 35 años las que consumen principalmente esta bebida. Pero, ¿Con qué se puede mezclar la ginebra rosa?
Desde su origen, la ginebra ha destacado por su aroma. La ginebra rosa aparece con Brockmans quienes comenzaron a destilar una “infused in” con arándanos y moras, suave de sabor y con un aroma afrutado.
Para mezclar la ginebra rosa, a cada persona le gusta una cosa u otra, pero para los más clásicos deciden, tomar con la tónica. Por detrás se encontraría todos aquellos refrescos de limón.
Es muy importante seguir una serie de pasos a la hora de servir nuestra copa. La ginebra rosa debe servirse en una copa de balón cuyo tamaño debe ser alto acompañado de unos hielos. Una vez introducido los hielos deberemos de moverlo en forma de círculos para enfriar toda la copa, pero teniendo cuidado con el agua restante que desprende, agua que posteriormente deberemos eliminar.
Nuestra copa de ginebra rosa tendrá que tener un toque especial por lo que deberá de añadirse varias rodajas de fresa en el interior antes de verter la cantidad que consideremos adecuada y posteriormente echar lentamente el refresco sin que pierda ese componente carbonatado. Removeremos la mezcla creada y se tendrá así el cóctel listo. Fácil, rápido y rico.