Tras vencer por 0-5 al Sevilla en la final el Barcelona se volvió a coronar como reyes de copas logrando su cuarta Copa del Rey consecutiva. El camino hacía al título no fue un camino de rosas, pero tampoco se encontró con un rival que pusiera en peligro sus objetivos
El camino hacía el título para el Barcelona comenzó en Murcia. La Nueva Condomina fue testigo de la vuelta del vigente campeón a la competición, con 0-3 en el partido de ida y 5-0 en el de vuelta los de Valverde pasaban a octavos de final sin dificultad, y dejando como jugador destacado a José Arnaiz, el jugador del Barça B al que Valverde dio confianza y se convirtió en goleador por sorpresa.
En octavos de final el Barcelona tuvo que viajar a Vigo, Balaídos sería testigo del partido de ida donde de nuevo José Arnaiz volvió a dejar su sello. Tras el 1-1 de la ida, y con un Celta que quería convertirse en el matagigantes de la competición, el Barcelona mostró una de sus mejores versiones de esta temporada y en 30 minutos ya ganaba 4-0, el partido finalizó con 5-0 en el marcador.
Derby para empezar el sprint final
El Espanyol fue el rival de los azulgrana en Cuartos de final. Los periquitos con la ilusión de llegar lejos en la competición consiguió imponerse 1-0 en el partido con un Diego López que consiguió detener un penalti a Messi, y el canterano Melendo que hacía soñar a los pericos poniendo el 1-0 en el minuto 88. Pero en el partido de vuelta el Barcelona, con el once de gala y el orgullo herido, salió a por todas y en 25 minutos ya había dado la vuelta a la eliminatoria ganando 2-0.
En semifinales, y con el Madrid ya eliminado, al Barça le tocaba uno de lo cocos, el Valencia. Los de Marcelino, que venían de vencer en la tanda de penaltis al Alavés, consiguieron que el Barcelona no resolviera la eliminatoria en el partido de ida que finalizó 1-0. Para el partido de vuelta los ches que contaban con el apoyo incondicional de su afición soñaban con una remontada, pero los goles de Coutinho, que debutaba en la competición, y Rakitic acaban con el sueño valencianista y metían al Barça en su cuarta final consecutiva.
LA GRAN FINAL
El 21 de abril, el Wanda Metropolitano acogía por primera vez en su historia una final. El Barcelona llegaba como principal favorito, pero tras el batacazo de Roma, el Sevilla soñaba con poder arrebatarle el título a los culés, pero se quedo en un mero sueño porque los de Valverde salieron con todo al campo y no dieron opción alguna. Llegando con 3-0 al descanso las opciones del Sevilla eran escasas en lo que se estaba convirtiendo en una exhibición blaugrana. Los de Valverde hicieron el mejor partido de la temporada y la final se convirtió en un gran homenaje a Iniesta, que tras brillar sobre el terreno de juego y recibir la ovación de todo el estadio, levanto la copa al cielo de Madrid después de que el Barcelona consiguiera ganar la final por 0-5.
