Juana Rivas ha sido condenada a cinco años de cárcel por dos delitos de sustracción de forma ilegal de sus dos hijos menores. Dos años y medio de prisión por cada niño y seis años sin patria potestad, junto a una indemnización de 12.000 euros ha sido la sentencia del Juzgado de lo Penal 1 de la Audiencia de Granada.
En el verano de 2017, Rivas fue condenada por dos delitos de sustracción de menores después de que el verano del año anterior permaneciera en paradero desconocido durante casi un año, incumpliendo, de ese modo, las resoluciones judiciales que la obligaban a entregar a los niños al padre, el italiano Francesco Arcuri.
La sentencia, notificada a las partes este jueves, mantiene integro los demás pronunciaminetos, solo ha modificado lo referido a la indemnización que debe de abonar a su ex pareja, Francesco Arcuri, por daños morales. Inicialmente, la cantidad se fijó en 30.000 euros por los gastos de desplazamiento que tuvo que realizar desde Cagliari y el alojamiento en España para la búsqueda de sus hijos. Tras la petición de la defensa de Rivas por reducir esa cifra, la Audiencia ha decidido que esta pase a ser menos de la mitad, 12.000 euros.
Esta sentencia afectará al proceso que se está llevando a cabo en estos momentos en un tribunal italiano acerca de la custodia de sus dos hijos, que quedó visto para sentencia el pasado 20 de febrero.
«Estamos muy satisfechos con la sentencia porque confirma en todos los extremos nuestra posición sobre los hechos y el derecho aplicable al asunto. Esperamos una resolución favorable también en Italia», declaró el abogado en España de Arcuri, Enrique Zambrano, al diario El Mundo.
La Sección Primera de la Audiencia argumenta su decisión en que Rivas cometió dos delitos de sustracción de menores y rechaza el argumento de que no entregó a los niños por el supuesto maltrato del padre. Además no existía «peligro» para los menores si regresaban con el padre a Italia. Recuerda a la sala que esta causa trata «exclusivamente sobre la no entrega de los menores pese a las resoluciones que así lo establecen, reteniendo a los menores, ocultos, sin que se supiera de su paradero».
