El Parlamento húngaro ha aprobado este martes esta polémica ley, que ha contado con mayoría absoluta, alegando que «el padre es varón» y «la madre es mujer».
El partido conservador Fidesz, que cuenta con mayoría absoluta en el parlamento, ha sido el responsable de la declaración de esta enmienda a la Constitución, que ha contado con el rechazo del colectivo LGTBIQ+ y partidos de la oposición.
El matrimonio queda establecido como el compuesto entre hombre y mujer, y es que en Hungría, las personas del mismo sexo no podían casarse aunque sí podían adoptar, pero esta posibilidad se ha cerrado. La enmienda recoge también el cambio de concepción del término «familia», que pasa a ser el “basado en el matrimonio y la relación entre padres e hijos. La madre es una mujer, el padre un hombre”. Por lo que no solo se impide la adopción a parejas homosexuales sino también a los solteros, aunque en este último caso puede haber excepciones y sería Asuntos Sociales los que determinarían en última instancia si procede o no.
A este nueva legislación se suma la aprobación de una ley a principios de este año en la que se prohibía el cambio de sexo en los documentos de identidad. Estos hechos ubican la situación del colectivo LGTBIQ+ en el puesto 27 de los 49 países europeos, según un informe de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) publicado en mayo de 2020.
Amnistía Internacional ha calificado estas medidas como “discriminatorias, homofóbicas y transfóbicas” y considera que se trata de “un día oscuro para la comunidad LGTB+ de Hungría desde el punto de vista de los derechos humanos y para todos aquellos que consideran importante la igualdad y la dignidad”.