El piloto Jordi Torres finalizó en la decimoséptima posición la carrera de Phillip Island tras perder confianza con la moto.
Cuando llega el gran premio de Australia, lo primero que deben tener y mantener los pilotos durante todo el fin de semana es la confianza. Pero esto no es algo fácil y menos, en un circuito con características como las que posee Phillip Island. Situado junto al mar, es un trazado demasiado rápido, que gira en el sentido contrario a las agujas del reloj. Posee más curvas a izquierdas que a derechas. Un factor clave, es la presencia permanente del aire frío. Este influye en el comportamiento de los neumáticos. Posee curvas muy veloces y, algunas de ellas, pueden incluso ser trampas.
Este fin de semana pasado se produjeron diversas caídas. En la curva 1, al inicio de carrera, más de uno tuvo que salvar algún susto. Lo bueno es que sigan rodando, lo malo, que pierdan esa confianza tan importante. En Phillip Island, relajarse o despistarse conlleva perder de vista al grupo, quedarse fuera de la lucha. Algo similar le ha pasado a Jordi Torres. El piloto del Avintia, sustituto de Rabat, se encontró con una carrera que no imaginaba. No cumplió con los objetivos que tenía en mente, pero valora lo ocurrido para aprender de ello.
Declaraciones
«La carrera no ha ido como me esperaba. No he encontrado el feeling. Me imagino que no estoy acostumbrado a que el viento frío afecte tanto a la temperatura de los neumáticos. Al principio me ha hecho un par de extraños. La moto ha querido tirarme al suelo. Imagino que a partir de ahí me ha quitado confianza. Olía mal, no me tiraba en las curvas como al principio. Imagino que durante la carrera, instintivamente, he ido a asegurar. No he cumplido los objetivos que teníamos en esta carrera. Estos eran estar con el grupo, meter la rueda. He visto poco a poco como se me hacían más pequeños. Cuando pasa esto es que se me están yendo», asegura.
«Seguimos acumulando experiencia. No deja de ser un pasito más que damos. Sí que es verdad que he utilizado más el neumático trasero que el delantero. Eso es un error total. No me he tirado con confianza en las curvas. Con ese desgaste del trasero, la conducción es diferente. He tenido que jugar más con la ‘Game Boy’ que tengo en los mandos. Me ha ayudado para eso. El resultado no refleja lo de esta mañana. En el WUP teníamos un ritmo superior. En carrera ha faltado un poquito«, ha explicado Jordi.