Artículo de opinión sobre los desafortunados incidentes acaecidos en las calles de Ciudad Real por índoles político-sociales
Los tiempos de confinamiento están permitiendo una mayor fragmentación de la sociedad. Aplausos, caceroladas y guerra a campo abierto en redes sociales. La gota que ha colmado el vaso ha sido la manifestación masiva acontecida en Ciudad Real.
El municipio ciudarrealeño ha sido testigo de una manifestación convocada por VOX. Más de 500 vehículos han acudido a la llamada del «salvamento de la patria» a gritos de «Sánchez dimisión». Al fin y al cabo, nos encontramos en una de las poblaciones más perjudicadas por la pandemia, tentando el enfado de gran parte de la ciudadanía.
Sin embargo, cuando se secuestra la frustración, el populismo entra en nuestras vidas. Dos enfermeras se colocaron delante de unos de uno de los coches con pancartas en contra del partido conservador, interrumpiendo el paso con la finalidad de evitar su marcha y dejando claro el personal que peleó a contracorriente en pleno colapso sanitario.
La autoridad competente se entrometió, zarandeando al personal sanitario entrometido y llegando a acusarle de desacato a la autoridad. De este modo, y una vez más, la región manchega no ha pasado inadvertida en las grabaciones de Imás Tv. Por otro lado, el medio MiCiudadReal ha sido objeto de comentarios feroces por parte sus usuarios.
Ha quedado demostrado que el populismo son la misma cara cóncava y convexa de unas ideologías secuestradas por la toma de poder. El derecho a manifestación es totalmente constitucional, al igual que el personal funcionario destaque su labor profesional a pesar de la precariedad de medios de las que han gozado.
Sin embargo, no es el momento idóneo para acudir a la confrontación. Al fin y al cabo, la unidad debe imperar en momentos de incertidumbre y en caso de provocación, no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Existen varias formas de combatir al populismo. Una de ellas es la indiferencia en actitudes que buscan la manipulación usando causas justas en vano.
Al fin y al cabo, El País ha anunciado que municipios de la región como Puertollano, Mestanza o La Solana del Pino sufrirán severamente un rebrote de afectados. Se han llorado demasiadas víctimas en uno de los lugares más envejecidos del territorio nacional. Todo habitante ha tenido o tiene a algún ser querido cerca ingresado en la UCI. ¿O acaso la verdadera pandemia es la estupidez manifestada en violencia?