Renee, la protagonista de ¡Qué guapa soy!, es la encargada de trasmitirnos a través de su propia experiencia lo importante que es la seguridad en una misma
Renee, una chica con muchos complejos y muy insegura de sí misma, víctima de la sociedad estereotipada en la que vivimos, tendrá un doloroso golpe de suerte que le hace cambiar la perspectiva sobre ella misma, o eso cree ella.
La nueva Renee será una chica segura de sí misma, una chica qie se quiere, que se ve guapa y que tiene mil ganas de alcanzar todos los objetivos que nunca antes se había visto capaz de cumplir. Será esta nueva versión de Renee quien nos conquiste a todos.
Todo en la vida tiene su fin, y ese golpe de «suerte» se convertirá en un vaso frío de realidad, provocando en nuestra protagonista confusiones mentales. La obsesión por no encajar, por no estar de moda, por no ser la chica guapa y delgada, con una vida de lujo impide que Renee sea una perosna infeliz, obsesionada con su físico. Una persona que infravalora lo que hay más allá de una cara bonita.
Al final Renee nos convence para que valoremos aquello que no vemos, para que nos demos cuenta que no todo depende de nuestra ropa de la talla que usemos o de lo guapas que seamos. Esta película nos hace reflexionar, nos enseña a querernos a valorarnos tal cual, sin preámbulos ni excusas.
Pues el problema reside en que muchas de nosotras somos como Renee. Estamos asustadas, tenemos miedo de mostrarnos tal y como somos, por el posible rechazo de una sociedad contaminada de estereotipos y prejuicios que se nos han inculcado. No tengamos miedo, querámos a nosotras mismas como las que más. Mostrémonos tal y como somos, naturales y con ganas de ser felices.