Astiberri nos ofrece un cómic sobre transición de género basado en una historia real.
Dentro del catálogo de Astiberri, quizás pasó algo desapercibido un título de esos que todavía resultan dolorosamente necesarios: Llamadme Nathan, de Catherine Castro y Quentin Zuttion.
Llamadme Nathan cuenta la historia de un chico trans durante su adolescencia, cómo es golpeado por una depresión cuyo origen comienza a perfilarse en la disforia de género que padece. A lo largo de sus páginas, acompañamos a Nathan a lo largo de un complejo proceso de conocimiento personal primero, y de lucha por ser reconocido por su verdadera identidad después.
A nivel gráfico, Zuttion emplea recursos y técnicas que refuerzan la historia que se quiere contar. Uno de los más evidentes es el planteamiento de las páginas, sin cuadrículas. Las viñetas, que por lo general siguen una disposición tradicional y conservadora, carecen de marcos y sus fronteras se disuelven sobre el blanco de la página. De este modo, transmite visualmente los recuerdos de Nathan, que se recortan y se difuminan más allá de determinados momentos clave.
Uno de los rasgos más destacados de Llamadme Nathan es la capacidad de proyectar empatía. Ponerse en la piel de una persona transgénero puede ser muy complicado para aquellos que no se encuentran en esa situación, pero lo cierto es que la obra expone con claridad los pequeños detalles cotidianos que condicionan la vida de Nathan y el conflicto que se le plantea. Estos detalles permiten al lector reflexionar sobre su propio comportamiento en una situación similar, percibir el daño que puede hacer un comentario bienintencionado surgido de la ignorancia y acercarse a la frustración que genera no ser comprendido y, a causa de ello, respetado.
Llamadme Nathan está inspirado en una historia real, la de Lucas, un amigo de Catherine Castro que pasó por un proceso similar y que sirvió de inspiración a la periodista. Al poner su historia en viñetas, acerca a un gran público algo de conocimiento sobre un colectivo todavía en lucha por integrarse en igualdad de condiciones. Lecturas como esta tienden puentes y nos ayudan a construir una sociedad mejor para legar a las nuevas generaciones. Tenemos el objetivo (y la responsabilidad) de hacerlo.