Georgina llenó anoche de magia Madrid en un concierto muy íntimo en el que no necesitó más que su voz, su guitarra y su encanto natural.
Acompañada solo de una guitarra, Georgina se enfrentó anoche a uno de sus conciertos más íntimos. La sala Fulanita de tal, con el aforo completo, fue el escenario para lo que parecía una reunión de amigos en la que de repente alguien saca una guitarra y se pone a cantar.
El ambiente favoreció la creación de una atmósfera cercana. Por ello, cuando Georgina explicaba la historia detrás de cada canción, el público lo sentía como si fuera su amiga la que se lo cuenta. También le ayudó a interactuar con los asistentes de forma más personal, escuchando las canciones que el público quería, lo que decían cuando empezaban a sonar los acordes de sus canciones favoritas o incluso alguna que otra broma.
Georgina durante su concierto en Madrid.
El concierto estuvo dedicado a los «desamorados», tal y como explicó la cantante. Aseguró que aunque estábamos a una semana de San Valentín, sus canciones son más bien de rupturas y desamores, y por ello se lo dedicaba a todos aquellos que no tenían a nadie especial. Aún así quiso dar una tregua a los «amorados» con canciones como Bésame.
La cantante demostró anoche que no necesita más que la magia de su voz para enamorar al público, que la miraba en todo momento embaucado y sonriente como quien mira al «pechugo» con el que acaba de empezar una relación. Daba igual que cantase su última canción que una que escribió con 19 años, el público se mostraba en todo momento entregado y encantado de estar allí.
Foto del concierto de Georgina el 7 de febrero de 2020 en Madrid.
Georgina definió este concierto como un «reto» para ella. Acostumbrada a llenar salas más grandes, volver a la intimidad de las salas pequeñas, de los conciertos en los que está sola con la guitarra y poder ver de cerca a todo el público parecía casi más difícil que llenar la Galileo Galilei. Hoy puede decir orgullosa que ha superado el reto que le propusieron desde el proyecto «Ellas son arte», que está llenando las salas de Madrid de mujeres artistas.
