Nicolas Sarkozy ha sido declarado culpable de corrupción y tráfico de influencias. El Tribunal Correccional de París le ha condenado a tres años de prisión por los delitos cometidos en 2014, de los cuales solo deberá cumplir uno con la posibilidad de arresto domiciliario.
El tribunal confirmaba que el delito cometido, concretamente, se basó en las compensaciones que Sarkozy ofreció a un fiscal en 2014. A cambio, el expresidente recibía informaciones y ayuda en la causa que le afectaba.
Tanto el expresidente como el fiscal, Gilbert Azibert, y el abogado a su favor, Thierry Herzog, fueron partícipes del pacto de corrupción que desarrollaron por una línea telefónica secreta, registrada a nombre de “Paul Bismuth”. La corte ha emitido una condena similar para Herzog, con cinco años sin ejercer abogacía, y a Azibert.
A año y medio de las elecciones presidenciales, Nicolas Sarkozy abandona la derecha francesa para cumplir con la pena y sin ningún candidato que respalde su lugar.
Irregularidades en la campaña
Sarkozy, quien todavía puede apelar la sentencia, se enfrenta al caso justo dos semanas antes de que se abra otro proceso en el que está implicado: las presuntas irregularidades sobre la financiación de su campaña en 2012.
El expresidente conocía las irregularidades de la financiación de su campaña para las elecciones presidenciales de ese año. En una entrevista publicada por «Le Nouvel Obs», el director adjunto de su campaña confirmaba que todo el equipo tenía conocimiento de gastos de 50 millones de euros, entre los cuales destacaban 18 millones en facturas falsas, más del doble de los millones autorizados por la ley.