El Tribunal Supremo ha dictado sentencia sobre el caso de los nueve líderes independentistas catalanes que habían sido condenados por sedición en el juicio del procés.
El delito de rebelión por el que la Fiscalía ha pedido que se les juzgara ha sido descartado, pero igualmente deberán cumplir penas de entre nueve y 13 años de prisión. El Supremo considera que durante el 1-O se registraron en Cataluña “indiscutibles episodios de violencia” que deben ser condenados.
Tras la lectura de la sentencia, se han podido ver las distintas reacciones de los líderes políticos. Una de las más esperadas era la del presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, que se presentaba en el Palau de la Generalitat antes de las 12 de la mañana, acompañado de todos los consejeros del Govern, el presidente del Parlament, Roger Torrent y el expresidente, Artur Más.
Torra comenzaba su discurso ante la prensa de manera clara: “son personas honorables, democráticas y pacíficas”, haciendo referencia a los condenados. El president ha mostrado el desacuerdo del Govern por la sentencia, a la que ha tachado de injusta y antidemocrática, y anunció que pedirá una reunión con Pedro Sánchez y con el Rey para “abordar la crisis” tras el fallo.
El presidente de la Generalitat ha evitado cualquier referencia a desobedecer el fallo -al que ha calificado como “venganza”- y dejaba claro su deseo de alcanzar la libertad de los presos y presas políticas: “Exigimos el fin de la represión y la libertad de los presos y presas políticas, exiliados y exiliadas, incluida la amnistía como punto final para todas las personas represaliadas».
Las reacciones también han empezado a notarse en las calles de Cataluña, donde se han convocado manifestaciones urgentes en contra de la sentencia dictada por el Tribunal Supremo. A su vez, asociaciones como la Asociación Catalana de Municipios, o la Federación de Municipios de Cataluña, han invitado a sus socios a convocar plenos extraordinarios en los Ayuntamientos para aprobar mociones de rechazo a la sentencia.
