La presidenta socialista de la Junta de Andalucía sufre un tremendo revés electoral en los comicios andaluces y afronta un escenario tenebroso ante el apogeo de VOX
“Susanita tiene un ratón, un ratón chiquitín”, así sonaba la mítica canción del payaso Miliki. Pues visto lo visto, solo tenemos que cambiar la palabra “ratón” por “marrón”. Sí. Ayer Susana Díaz abría los ojos y veía EL MARRÓN, en mayúsculas, que se le presenta a partir ahora. Los recortes en sanidad, así como los tijeretazos en políticas de empleo, que han hecho registrar un índice récord de paro, le han pasado factura finalmente a Díaz. El grave descalabro del PSOE en Andalucía, donde ha perdido 14 escaños respecto a las elecciones del 2015, nos presenta un escenario nunca visto en democracia. Los peores resultados de la historia del PSOE en su feudo fetiche nos dejan un panorama inédito.
El auge del partido de ultraderecha VOX, que ha sido primera fuerza en municipios como El Ejido, irrumpe enérgicamente en el parlamento andaluz y tendrá la llave para apoyar un gobierno de derechas capitaneado por el líder del PP, Juan Manuel Moreno. En manos de los populares estará formar gobierno con los votos del partido xenófobo, racista, misógeno, ultraconservador y destructivo VOX, que defiende la derogación de la Ley de medidas de prevención y protección integral contra la violencia de género, la abolición de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía y que respalda la devolución inmediata al Estado de las competencias de educación, sanidad, justicia y seguridad, entre muchas otras medidas. El partido dirigido por Santiago Abascal es un auténtico peligro para la convivencia y atenta despiadadamente y sin ningún tipo de reparo contra la democracia española mientras coquetea con la dictadura franquista que tantos agravios nos acarreó a todos los españoles.
Veremos si el Partido Popular (y Ciudadanos) aceptan los apoyos de VOX. Veremos si esta vez los secuaces de Casado (y los de Rivera) se aplican el máximo del constitucionalismo del que tanto merodean y evitan pactar con un partido que quiere, por cierto, suprimir las autonomías. Veremos si de una vez por todas dejan de competir por ver quién es más español y quién es más enemigo de Pedro Sánchez. Veremos si se dan cuenta de quién es el verdadero enemigo. Susana… ¡tienes un marrón (y de los gordos)!
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