Pedro Sánchez sigue sin tener el apoyo de ERC para la investidura. El PSOE continúa con alas negociaciones para convencer a los grupos minoritarios.
Tras el inesperado anuncio del pasado martes sobre el acuerdo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, la esperanza ha vuelto al sector progresista de la población, que se llevaron un gran disgusto el pasado domingo con el considerable aumento en número de escaños por parte de la formación de extrema derecha VOX y la bajada tanto del PSOE, como de la formación morada. No obstante, de todos es sabido que ambos partidos no suman lo necesario para gobernar y que se tendrá que convencer a varias formaciones más para que la investidura salga adelante.
Una de las fuerzas que será decisiva para el éxito o no de la investidura es Esquerra Republicana de Catalunya, principal partido independentista catalán, que consiguió un total de 13 escaños en las elecciones del pasado 10 de noviembre.
Para lograr ese apoyo o al menos su abstención, Adriana Lastra se ha reunido este mismo jueves con Gabriel Rufián, el cual le ha comunicado a la portavoz socialista que la posición de su partido por el momento es de no apoyar la investidura mientras no se hable de abandonar la «vía represiva» en el conflicto con Cataluña y demandó «soluciones políticas» para paliar el asunto. Pese a que las posiciones de Unidas Podemos respecto a Cataluña tienen relación con lo que habla ERC de «mesa de negociación», las posiciones aún están muy alejadas y quizás la postura del PSOE en este tema podría tener más peso, algo que probablemente impediría el apoyo de la formación de Rufián.
Pese a la primera toma de contacto fallida, tanto PSOE como ERC han coincidido en la «necesidad de seguir manteniendo contactos» con el fin de desbloquear y de que salga adelante la investidura, ya sea con el apoyo o con la investidura de dicha formación.
