Después de tres meses de permiso por paternidad, Pablo Iglesias ha regresado a la primera línea política. Ayer Podemos abrió la precampaña electoral de cara al 28 de abril y al 26 de mayo.
El acto tuvo lugar en la plaza del Museo Reina Sofia. Los asistentes escucharon 16 discursos de personalidades destacadas de Unidas Podemos como, por ejemplo, Alberto Garzón, Irene Montero, Ione Belarra o Isabel Serra.
Entre gritos de “Sí se puede”, “presidente” y “viva la lucha de la clase obrera” los oradores expusieron sus puntos de vista acerca de la dirección del partido siempre en clave feminista. Defendieron fervientemente el movimiento feminista, el ecologista y el antifascista. El mensaje más repetido entre todos ellos fue que la formación morada está más cerca del poder que nunca. Además, todos los compañeros y compañeras remarcaron que Podemos no financia su campaña electoral con ayuda de los bancos. Defienden su sistema de microcréditos ciudadanos.
Tras estas intervenciones, Pablo Iglesias dio un discurso de más de media hora de duración. En todo momento se apreciaban los ojos llorosos del líder de Podemos. A través de las pantallas gigantes instaladas en la plaza, los asistentes reconocían la emotividad que transmitía Iglesias.
El discurso fue intenso a la par que sorprendente. El político afirmó que quería dar un discurso diferente, que los asistentes no se esperaban. Consiguió dar la sorpresa con afirmaciones tales como “en una democracia manda el Parlamento que los ciudadanos eligen a través del voto. En España eso no se cumple, es mentira. Hay 20 familias que mandan mucho más que cualquier diputado o diputada”. Destacó los apellidos Ferrusola, Botín y Ortega. También señaló a los dirigentes de los medios de comunicación, a la CEOE y a los dueños de multinacionales. El público aplaudió esas afirmaciones que consideran “un acto de valentía y sinceridad” según Lucía Rodríguez, militante asistente.
Una de las partes más llamativas de su intervención fue la autocrítica. El secretario general de Podemos afirmó rotundamente “hemos dado vergüenza ajena, hemos decepcionado a muchísima gente, yo he decepcionado a mucha gente”. Sin dar nombres concretos añadió que “las luchas internas han sido “avergonzantes”. “Me he dado cuenta de que, en Podemos hemos confundido la cortesía parlamentaria con decir las cosas claras a los ciudadanos, no debimos callarnos ante muchas situaciones” explicó. Iglesias defendió ante todo la candidatura de Unidas Podemos al gobierno afirmando que “somos el único partido que lucharemos por los derechos de los trabajadores, que lucharemos por la sanidad pública y por la vivienda accesible”
Repitió en varias ocasiones que para un dirigente político es muy importante reunirse con la gente poderosa. Sin embargo, afirma que “en esas reuniones hay que tener muy claro a quién representas”. Aseguró que su partido es el único que, “a pesar de los errores cometidos, nunca nos hemos confundido de lado”.
Iglesias también aprovechó para aclarar la polémica respecto a la relación de Podemos con Manuela Carmena e Iñigo Errejón. “No son nuestra competencia, esperamos que sean nuestros aliados. Sólo pedimos que Manuela Carmena, como alcaldesa de Madrid, diga a quién va a votar el 28 de abril, los madrileños merecen saberlo, que se posicione para ver de qué lado está. Anadió que «Podemos la ayudó a llegar a ser alcaldesa y no podemos estar más orgullosos”.
Respecto a su posición en el conflicto catalán afirmó que, en su opinión, “la unilateralidad fue una torpeza. Sin embargo, no se pueden resolver los conflictos a palos. Necesitamos diálogo, fraternidad. Quiero una patria para todos y todas. Quiero una Cataluña en España, pero no se consigue así”.
En el discurso, Iglesias también invirtió varios minutos en agradecimientos. Dio las gracias a su familia, a Irene Montero, a sus compañeros, a los asistentes y a los voluntarios y trabajadores que hicieron posible el acto.
Los compañeros que quisieron arropar a Iglesias en su vuelta
Miembros de Unidas Podemos, Equo e Izquierda Unida dieron la bienvenida al secretario general.
Rafael Mayoral quiso apoyar a Pablo Iglesias afirmando que “algún día, Pablo será presidente de la República”. Una de las caras más visibles de Podemos a pie de calle pidió que la clase obrera no se olvidara de votar el 28 de abril. Afirma que los ciudadanos tienen que elegir entre el “no se puede”, el “no se atreven” y el “sí se puede”.
Pablo Echenique dio un discurso peculiar ya que usó la ironía que fue respondida por las risas del público. “No sé qué hacéis aquí si ya os han dicho mil veces que no se puede, que no se puede mejorar”, “el 28 de abril quedaos en casa o si vais a votar, votad al PSOE. Ya que España no puede ir hacia delante pues Virgencita, Virgencita que me quede como estoy”.
Irene Montero quiso dedicar su discurso al activismo feminista agradeciendo a todas las participantes en el 8M y a todos los jóvenes que salieron el 15 de marzo para manifestarse por el cambio climático.
Representantes de colectivos también tuvieron su oportunidad de expresarse. Participaron una taxista, una pensionista, un afectado por los fondos buitre y una estudiante.
Alberto Garzón aprovechó su intervención para dar las gracias a Pablo Iglesias por no renunciar a su baja por paternindad ya que considera que “compartir los cuidados es lo que debe hacer un buen padre” y añade que “Pablo ha dado un gran ejemplo de dignidad”.
