Durante 2018 las agresiones sexuales con penetración aumentaron un 22,7%, se produjeron 1.702 frente a las 1.387 del 2017. Según el Ministerio del Interior, es el delito que supone una subida más evidente.
Nos enfrentamos a un fenómeno que está presente en todas las sociedades y tiene atemorizadas a millones de mujeres. Está claro que le debemos mucho a las mujeres que lucharon por los derechos femeninos –Clara Campoamor o Pardo Bazán-, así como a las que lidian hoy con los comportamientos que nos hacen sentir incómodas e incómodos. Y es que, también la negación a corrientes e inapreciables actos es una batalla ganada al machismo y la violencia sexual.
Es una realidad que hemos normalizado cientos de prácticas denigrantes a las que nos enfrentamos a diario. Es innegable que el piropo es una tópico español, pues bien, la nueva Ley de Libertad Sexual que propuso esta semana Unidas Podemos -partido coalición del gobierno- eleva como delito el acoso ocasional (acoso callejero). A pesar de que a la norma con rango de ley se le augura un camino largo para ser aprobada, en caso de sancionarse, tipificaría el mal llamado piropo.
Entre enero y septiembre de 2019 se contabilizaron las denuncias por agresiones y abusos sexuales en España: 11.587 denuncias por violencia sexual, lo que supone un total de 32 denuncias diarias. A pesar del estremecedor dato que resulta del estudio, estas denuncias se imbrican en el ínfimo 20% de las que denuncian, porque el 80% de las mujeres que padecen violencia sexual deciden no hacerlo.
Los principales motivos que inhiben las denuncias son el pensamiento de que nadie las creerá, se cuestionará sus motivos, el temor a las represalias, ensuciar la reputación, autoculpa o vergüenza.
¿Qué diferencia hay entre abuso y agresión sexual?
El delito de abuso sexual se basa en realizar actos que atentan contra la libertad sexual de una persona SIN violencia y SIN su consentimiento.
El delito de agresión sexual es realizar actos que atentan contra la libertad sexual de una persona CON violencia o intimidación y SIN su consentimiento.
Esta distinción que causa gran polémica queda abolida ante la nueva ley de Libertad Sexual, por la que ya no hace distinciones entre el uso o no de violencia. Toda penetración sin consentimiento será considerada una violación.
El artículo 178 del Código Penal -de las agresiones sexuales- dice: “El que atentare contra la libertad sexual de otra persona, utilizando violencia o intimidación, será castigado como responsable de agresión sexual con la pena de prisión de uno a cinco años”.
El artículo 178 que se presenta como alternativo propone: “Cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento”.
Violaciones en manada
Desde que salió a la palestra el caso de La Manada de los San Fermines de 2016 los delitos sexuales en manada se han disparado. Según datos recogidos por Geoviolenciasexual.com en 2016 se produjeron 18 violaciones múltiples, 14 en 2017, 60 en 2018, 73 en 2019 y una en lo que llevamos de 2020.
