Hungría y Polonia llevan semanas bloqueando la aprobación del fondo de recuperación denominado Next Generation. La unión Europea ha anunciado que no tener el apoyo de estos países no va a ser impedimiento para poner en marcha estas ayudas económicas.
Con un presupuesto de 750.000 millones de euros, el plan Next Generation pretende paliar los efectos de la crisis del coronavirus en todos los países miembros. España, como uno de los estados más afectados por la pandemia recibiría 140.000 millones de euros (72.000 a fondo perdido). Tras un verano de arduas negociaciones, todos los países parecían estar de acuerdo en llevar a cabo un acción conjunta. Sin embargo, Hungría y Polonia se han opuesto a su aprobación.
Este lunes, los líderes de la Unión Europea han comunicado que de no tener noticias de estos paises antes del miércoles, se verán obligados a tomar una opción B. No habrá más ofertas, dado que se han quedado sin tiempo para negociar. El próximo jueves se celebra la última cumbre del año, por lo que el plan debe ser aprobado en esta sesión para ser aplicado el 1 de enero.
Este bloqueo tiene graves consecuencias económicas, dado que ha provocado el retraso de los plazos. Si la UE tiene que prorrogar el presupuesto de este año, las partidas destinadas a los estados miembros serían mucho menores a lo esperado. Además, podría conllevar otros recortes en las políticas de Cohesión, Salud o Erasmus.
La Comisión Europea podría tomar tres vías de acción. Una de sus opciones es replicar el acuerdo del fondo de julio y conseguir, gracias al apoyo de los países miembros que se pueda financiar la deuda a través del mercado de valores. Otra posibilidad, es llevar a cabo un acuerdo intergubernamental, que podría requerir demasiado tiempo. Y por último, la opción más viable según los técnicos. Conocida como cooperación forzada, el plan sería presentado por una minoría de 9 países y saldría delante gracias al apoyo del resto de estados miembros.